Según Herodoto y Plutarco es un ave migratoria, de origen etíope, dotada de una extraordinaria longevidad, y que tiene el poder, después de haberse consumido en una hoguera, de renacer de sus propias cenizas, por lo que su simbolismo aparece claro: resurrección e inmortalidad, resurgimiento cíclico.
En Egipto era un símbolo de las revoluciones solares, localizado a la ciudad de Heliópolis. Como Bennu, está asociado al ciclo cotidiano del sol y al anual de las crecidas del Nilo.
Para los árabes, solamente puede pararse sobre la montaña Qaf, que es el centro del mundo. Los taoístas le llaman el Ave de Cinabrio, por ser éste el sulfuro rojo de mercurio, su color. Emblemáticamente corresponde al sur, al verano, al fuego, al rojo. Es también sol, vida e inmortalidad, por ser la montura de los Inmortales.
El fénix chino es andrógino, macho y hembra, mientras que el fénix hembra es el emblema de la reina, en oposición al dragón imperial. Ambos en conjunto simbolizan la unión, de matrimonio feliz y llevan a los esposos al paraíso de los Inmortales.
Así como la idea de fénix no puede alcanzarse sino por el nombre que la designa, Dios no puede alcanzarse sino por medio de sus nombres y cualidades, de ahí que el fénix significa lo que escapa a la inteligencia y los pensamientos.
Es el fuego creador y destructor, origen y fin del mundo; es como un sustituto de Shiva y de Orfeo. Simboliza la resurrección del difunto después del peso del alma, si su confesión negativa ha sido considerada verídica.
Para los griegos es también guía hacia el otro mundo, por eso la figura del Phoinix se encuentra en el mascarón de proa de numerosas barcas sagradas.
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Gracias por compartir. Es muy interesante.
Saludos desde México.