Cine: Primavera, verano, otoño, invierno y primavera

Autor: Juan Adrada

publicado el 29-04-2015

Nueva Acrópolis: Primavera, Verano, Otoño, InviernoDirector: Ki-Duk Kim
Elenco: Yeong-su Oh, Jong-ho Kim, Young-min Kim, Jae-kyeong, Seo Yeo-jin Ha
Duración: 103 min

Un monje budista vive con su joven discípulo en una casa-templo flotando en un lago. Mientras las estaciones cambian y se suceden una y otra vez, así el joven estudiante pasará por las correspondientes etapas de la vida para alcanzar su maduración.

La película es un himno a la naturaleza. Un poema a la fuerza de la vida que fluye como el agua, algunas veces impetuosa, rompiendo las rocas y cayendo en cascadas, y otra veces, tranquila y serena, formando lagos y pequeños arroyos. Lo cierto es que la vida es movimiento; es ritmo.

Este movimiento se encierra en el eterno símbolo chino del Yin-Yang. Es el círculo con sus dos mitades: una blanca, conteniendo dentro de sí la semilla del negro, y la otra mitad negra, conteniendo la semilla de lo blanco. Las dos partes se enlazan dentro de un vórtice. Es el símbolo del equilibrio, la conquista interna de los opuestos. Estos opuestos existen en el hombre y él debe conocerlos y dominarlos.

En la filosofía de Oriente no existe el bien y el mal con la connotación moral que Occidente le ha atribuido. El bien está relacionado con la alineación, conocimiento, equilibrio, iluminación, y el mal se refiere a la falta de estos o alejarse de ellos. El significado de la vida está asociado con el intento perpetuo del reinado de una de estas dos fuerzas de creación y destrucción, nacimiento y muerte, acción e inacción, del principio masculino y el femenino, las fuerzas lunares y solares. El mundo y matices se crean a través de esta lucha.

El hombre está involucrado en este juego de Maya, como lo llaman los hindúes, a fin de armonizar las fuerzas negativas y positivas dentro de él.

Para Oriente, un importante camino de aprendizaje era la vía de las artes marciales tradicionales. Tienen los mismos principios que los utilizados en la preparación física y mental del guerrero-estudiante. Se fundamentan en la energía Chi, que contiene el simbolismo del Yin-Yang. Debido a que el sendero del guerrero es la batalla entre el Yin (lo infernal, el egoísmo, las pasiones, el desorden y el odio) y Yang (lo superior, el valor, la belleza, el orden) que conduce a la autorrealización.

En este camino, siempre hay un maestro que guía al aprendiz, pero no puede caminar el sendero en su lugar. El Discípulo obedece a su Karma, que trae siempre delate de él diferentes campos de batalla, pero tiene el libre albedrío de obedecer o no, de dejarse seducir por las fuerzas del Yin e identificarse con ellas o resistirse a ellas, invocando las fuerzas del Yang. Cada vida es una prueba y la prueba está oculta en todo.

Primavera… Niñez. La dulzura de la naturaleza encerrada en la sonrisa de un niño. Pero la primavera puede ser dura, porque la inocencia es ostensible, no se basa en el conocimiento, sino en la ignorancia de las leyes de la naturaleza. Para aprender, uno necesita ver las consecuencias de sus acciones, y esto causa dolor. ¡Lección Uno!

Verano… Adolescencia. El amor lo confunde todo. Se hincha y se desborda. “La naturaleza tiene la culpa. La pasión despierta el deseo de poder. El poder despierta la intención del delito.” ¡Lección Dos!

Pero amenaza el horizonte todavía; se debe experimentar el conocimiento y así nos movemos hacia la siguiente estación.

Otoño… Adultez. El adolescente fue en busca de su destino. Las fuerzas del Yin vencieron y regresa al templo. El regreso no es una vuelta de arrepentimiento, sino de engaño y evasión de responsabilidad. La Furia prevalece. La Pasión todavía lo domina y se pierde el equilibrio. La mente está esclavizada por pensamientos de locura. Su autoconocimiento está todavía muy lejos hasta que… “Tu tomas otra vida muy fácil, tu tomas la tuya dura.” La voz de su maestro encuentra la manera enjaezar la mente nuevamente. Trabajar y meditar sin ser influenciado por las circunstancias exteriores. ¡Lección Tres!

Invierno… la Madurez ahora. Este retorno es un regreso verdadero al templo, a sus raíces. El conocimiento se convertido ahora en experiencia; la virtud del arrepentimiento. La obediencia a la ley conduce a la liberación. El hombre toma una posición en el ciclo de evolución. El Estudiante es ahora un Maestro. Se ha convertido en un eslabón de la cadena de ofrenda. ¡Lección Cuatro!

Pero este círculo es parte de una espiral, que es la evolución. En este espiral, cada forma se pierde y regresa nuevamente. Cada vez el Invierno congelará todo, cada vez el sol desaparecerá, dejando que dominen las sombras, pero cada vez la Primavera brotará con sus retoños aún a través de la nieve, y cuanto mayor parece ser la oscuridad se vuelve más débil ante el primer rayo del sol de la mañana. El espíritu es fuerte e inmortal, usa la materia y cuando ésta se desgasta, la reemplaza por una nueva. ¡Lección Cinco!

 

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