Año de entrega: 1937
Duración: 132 minutos
Categoría de película: Aventura / Drama / Fantasía
Director: Frank Capra
Escritor: Robert Riskin (guión cinematográfico), James Hilton (novela)
Actores principales: Ronald Colman, Jane Wyatt and Edward Everett Horton
“En estos días de guerras y rumores de Guerra – ¿Acaso no has soñado alguna vez con un lugar donde reinen la paz y la seguridad, donde vivir no sea una lucha sino una delicia duradera?”
Esta es una obra maestra de Capra de la época de oro del cine. Debido a su edad toda la película se había perdido y los cineastas recogieron cada copia existente logran fusionar las partes perdidas con instantáneas. Así, lo que vemos es una película a partir de la fecha en la cual los productores estaban orientados a expresar sus preocupaciones filosóficas y sociales, un período en que la industria de hacer dinero era desconocida.
La trama es la búsqueda de una comunidad ideal que presupone el despertar de la conciencia superior del hombre. Decía Platón: “Cada avance de la sociedad comienza con el avance del hombre”. Platón escribió La República, Thomas More soñó con Utopía, Dienach describió el Valle de Las Rosas y Campanella imaginó La Ciudad del Sol. Esta visión está profundamente enclavada en las almas de aquellos que anhelan justicia y un mundo mejor.
El héroe de la película es un hombre educado, un Lord inglés, sensible y escritor de ensayos filosóficos; energético siempre en disposición de ofrecer ayuda, respetable y designado a convertirse en ministro de su país. Pero también es un hombre con una visión secreta, un pacifista y algo decepcionado al entender que este mundo es difícil de cambiar. Pero todavía tiene la esperanza y sueña con un mundo mejor que describe.
Segunda Guerra Mundial. El héroe trata de ayudar a ciudadanos estadounidenses a escapar de la invasión japonesa. Logran finalmente escapar por avión hasta que se dan cuenta que están siendo secuestrados por alguien, sin saber a qué lugar son llevados. Hay cuatro pasajeros. El avión se estrella en un montaña cubierta de nieve y son rescatados por lamas tibetanos que los llevan a un lugar fabuloso: una ciudad sagrada desconocida y perdida en las montañas tibetanas llamada Shangri-La.
“He visto a todas las naciones crecer, no en sabiduría, sino en un deseo de destrucción. Los he visto desarrollar su tecnología militar. He visto al hombre actuar triunfante cuando mata y cuando se destruye cada libro, cada tesoro… Por eso decidí coleccionar cada artículo de belleza y civilización, y rescatarlo de la destrucción. ¿Qué podrá ser más lamentable que un liderazgo ciego, loco y tonto. Las masas humanas luchan unas contra otras, participando en una orgía de avaricia y violencia. Esto debe detenerse. Deben ser purificados de la violencia y lujuria por la autoridad”.
Estas son las palabras del fundador de Sanri-La. La ciudad es un arca de sobrevivencia construida por personas con una consciencia despierta. Ellos han vislumbrado las eras oscuras y han recogido los tesoros espirituales que ayudarán a la humanidad a escapar del oscurantismo y sobreponerse a esta era medieval. Se trata realmente de una película de amor. Por esta razón, solamente aquellos que han despertado el amor interno y altruista, y han salido de la concha del egoísmo pueden interesarse en este tipo de película (El Lama dice: “Sanri-La no está lejos, pero es muy difícil para alguien llegar allí”).
Sanri-La tiene suficiente espacio para todos, pero no es para todos.
El héroe se pregunta: “¿Por qué me parece tan familiar?”
“Porque has sido parte Sanri-La”, le responde el sacerdote.
Sanri-La existe primero dentro del hombre. Si un hombre no ha desarrollado sus elementos internos, ¿por qué debería buscar una comunidad con justicia? Además, como nos damos cuenta muy pronto, la justicia se fundamenta en un ideal de cortesía entre sus ciudadanos. Aquí se presenta el diálogo exacto:
“… ¿Qué religión siguen ustedes aquí?”
“Para ponerlo de forma sencilla, debo decir que nuestra creencia general es la moderación. Predicamos la virtud de evitar los excesos de cualquier tipo; incluyendo también el exceso de la misma virtud.”
“¿Qué hay de la ley y el orden? ¿No tienen soldados ni policías?… ¿Cómo tratan con los incorregibles, los criminales?”
“No. ¿Qué es lo que hace a un criminal? Generalmente la carencia, avaricia, envidia. El deseo de poseer algo que es posesión de otro. No puede haber crimen cuando existe lo suficiente de todo.”
“¿No tienen disputas por las mujeres?”
“Muy raramente.” No se consideraría de buenas maneras tomar la mujer que otro hombre quiere.”
“Suponga que él la desea tanto que no le importa nada si son buenos modales o no.”
“En tal caso, serán buenas maneras de parte del otro hombre el dejar que él la tenga. Usted estaría sorprendido de cómo una pequeña cortesía ayuda a suavizar el más complicado de los problemas.”
Nuestra mentalidad está muy distante de esto. Y esto es lógico ya que existen emociones como los celos, posesiones, etc. Tal trato presupone una forma diferente de capacitar al hombre, lo cual se analiza en la República de Platón cuando se refiere a la casta de los Guardianes. Tal como lo dice Platón, no todos pueden ser Guardianes. También habrá una casta de comerciantes y granjeros, cuyas vidas serían parecidas a las nuestras. Solamente las personas sin las necesidades imperativas de poseer propiedad y familia pueden ser Guardianes en la comunidad ideal, y podrían vivir en un estatus-quo de propiedad común. La meta de la comunidad ideal es que cada hombre sea feliz dentro de la casta a la cual pertenece y ser entrenado dentro la casta de la mejor manera de acuerdo a su nivel intelectual.
El héroe de la película confiesa que siempre sintió un vacío interior, que siempre dudó del significado de la vida.
La existencia de una ciudad espiritual le da un significado a su vida. Pero esta maravillosa ciudad no es para todos. Sus compañeros pasajeros quieren partir.
El hecho de que sean cuatro no es accidental. De acuerdo con la tradición esotérica, hay cuatro elementos en la naturaleza humana (cuerpo físico, energía, emociones, ideas; o su correspondencia en los cuatro elementos: tierra, agua, aire, fuego de la naturaleza del hombre).
Uno de los pasajeros es un paleontólogo interesado en las rocas. Otro está interesado en hacer dinero (energía-agua); y también hay una mujer que sufre depresión ya que va a morir de una enfermedad incurable (emociones intensas-aire). El último pasajero es el hermano del héroe: un hombre egoísta y egocéntrico que siempre depende de la ayuda de su hermano y duda de todo (la mente).
El simbolismo del hermano del héroe es interesante. En la India, la mente está dividida en una mente superior y altruista (“Manas”) y una mente inferior egoísta (“Kama Manas”, que significa “hacia el deseo”).
Cada uno se excita y acostumbra a vivir en Sanri-La. Comienzan a tener emociones positivas superiores, excepto el hermano del héroe que está atrapado.
El primer pasajero (tierra) se ofrece a enseñar a los niños de la ciudad sin cobro alguno. El segundo pasajero (agua) construye los canales de agua de la ciudad. El tercero, la mujer, se cura por permanecer allí (El Lama le aconseja: “No mires a la base de la montaña, mira la cima”). Solamente el cuarto continuará con sospechas en la ciudad y a sentirse encerrado (no hay forma de comunicarse con el mundo exterior, la gente no se da cuenta de la existencia de Sanri-La). Él trata constantemente de convencer a su hermano (símbolo de la conciencia superior) de salir de allí por cualquier medio.
Es natural que la mente esté más cercana a la conciencia y muchas veces nos identificamos con lo que son nuestras ideas (“Yo pienso, por lo tanto, yo existo”). Desde nuestra lógica estricta, la existencia de una ciudad ideal es una “utopía” porque nadie puede imaginarla y natural dudar de ella. Siempre tratamos de encontrar ya sea las desventajas ocultas o entender lo que parece ser real. Esto es bastante obvio en la conversación entre los dos hermanos:
“… Quiero quedarme aquí porque me gusta descubrir el otro lado de la montaña. ¿No lo quieres ver?
– Habrá simplemente otra montaña, nada importante…”
La película se refiere a la parte de nosotros que puede soñar con algo mejor de lo que nos damos cuenta alrededor nuestro. Es parte nuestra es parte de un mundo mejor del que nos rodea. No es una coincidencia que la película empieza con estas palabras:
“En estos días de guerras y rumores de Guerra – ¿Acaso no has soñado alguna vez con un lugar donde reinan la paz y la seguridad, donde vivir no sea una lucha sino una delicia duradera?”
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