Titulo: Peaceful Warrior – El Guerrero pacifico
Año: 2006
País: Alemania – Estados Unidos
Duración: 120 minutos
Categoría de película: Drama, Deportes
Director: Victor Salva
Guionista: Kevin Bernhardt. Basado en la novela “Way of the Peaceful Warrior” de Dan Millman
Actores principales: Scott Mechlowicz, Nick Nolte, Amy Smart
Argumento: Dan Millman, es un joven gimnasta talentoso para quien la vida gira en torno al deporte. Con gran éxito en competencias nacionales, acostumbrado a llevarse siempre los primeros lugares y gozar así de prestigio social, está preparándose arduamente para aspirar a los Juegos Olímpicos. Sin embargo el encuentro con un extraño personaje al que llama “Sócrates” le cambiara la perspectiva de su vida, y le mostrará cuán lejos esta de tener una existencia con sentido. Todo su mundo se viene abajo luego de sufrir un accidente de motocicleta que le dejará graves lecciones en la pierna. Gracias a la relación entablada entre este Maestro y su discípulo, podrá ver las circunstancias como una oportunidad para ir más allá de los límites puestos por su mente.
La película, de manera sencilla y natural, plantea profundos interrogantes que confrontan al espectador con su sentido de la felicidad, con el conocimiento que posee de sí mismo, con la capacidad que desarrolla para ir más allá de sus límites haciendo uso de la voluntad para acallar la mente y estar con plena conciencia en el momento presente, y sobre cómo convertirse en artífice de su propia vida.
De manera alegórica puede verse reflejado en el personaje principal algunas de las profundas problemáticas sociales que nos acosan en la actualidad: la falta de sentido y realización interior pese a los logros exteriores, nuestra poca capacidad para conocernos y regularnos, y sobre todo el papel que juega la mente y el concepto de nosotros mismos y por ende de la vida, para configurar nuestros sistemas de creencias en los que nos movemos y vivimos. El hombre poseedor de infinitas posibilidades se ve envuelto a diario en un desordenado torbellino de ideas y sentimientos, que limitan toda su capacidad de acción. Absorto en el mundo de afuera, se olvida de construir una fortaleza interior, en la que pueda ser él mismo y edificar su propia felicidad. Aparece entonces la filosofía, representada en film por el personaje de “Sócrates”, como la vía que permite la realización humana, en tanto brinda la posibilidad de plantear interrogantes, e ir a las causas profundas, de relacionarnos con un mundo en el que la sabiduría está constituida por un caudal de atemporalidad que nos permite vislumbrar lo inmortal, dándole una verdadera dimensión a nuestra existencia.
Es igualmente interesante en la película el papel que juega la mente en la relación del hombre con la vida y la realidad. Desde hace algo más de 2.500 años, el budismo como sistema filosófico, planteó una vía para alcanzar el Nirvana (iluminación). Dicha vía nacía de la comprensión de 4 nobles verdades:
• El dolor existe (dukkha).
• El origen del dolor es el apego y la ignorancia,
• El dolor puede cesar
• La vía para la cesación del dolor es el óctuple noble sendero
Así, el óctuple noble sendero, es un camino que propende por el dominio de la mente, única destructora de lo real y generadora de la falsa separatividad que nos aleja de la vedad.
Otro tanto encontramos en la tradición Egipcia expresada en el texto hermético el Kybalión, libro que recoge una serie de principios sobre el mundo, transmitidos oralmente en épocas remotas. En él encontramos que el Universo es mental, como uno de sus postulados; es decir, que todo lo manifestado inicia primero en el plano mental, y fruto de reglas armónicas y otras leyes naturales va siguiendo su curso hasta plasmarse. La idea esta antes que la materia. Igualmente Platón postuló que primeramente Dios sueña con el universo, formando arquetipos, y luego estos se van plasmando en el mundo tangible.
Partiendo de estos supuestos, cobra enorme importancia la reflexión que suscita la película: “Saca la basura de tu mente. Basura es todo aquel pensamiento que te distraiga de lo que realmente importa”, pues es allí donde inicia nuestra realidad.
Hay una guerra que todo hombre debe dar, una guerra contra sí mismo: contra su ignorancia, contra la inercia, contra la desesperanza, contra la falta de sentido, contra todo aquello que no nos permite ser dignos de der llamados humanos.
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