El filósofo francés Alain (Émile Chartier, 1868-1951) aconsejaba a sus discípulos que no leyeran demasiados libros. Les decía:
—Si se eligen bien, basta con un centenar de libros para toda la vida; a condición de leerlos una y otra vez.
—¿Siempre los mismos libros? —le preguntaba un alumno.
—No son los mismos. ¡No sabéis la cantidad de nuevas ideas que se encuentran en los buenos libros cada vez que se vuelven a leer!
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Interesante y es que cuando leemos un libro se nos escapan tantas ideas escritas que hay que volver a leer para entenderlas.