En la iconografía shivaíta aparece como símbolo de destrucción. También es símbolo de cólera.
En las civilizaciones mesopotámicas y egeas es instrumento de sacrificio, se grababa en los lugares santos y servía de emblema a los dioses.
Es análoga al rayo.
Para los mayas simboliza el rayo y la tormenta. Por toda Europa y desde Occidente a la China se encuentran hachas de piedra que se supone han sido talladas por el rayo.
Abre y penetra la tierra; figura su unión con el cielo, su fecundación. Es símbolo de penetración espiritual así como instrumento de liberación.
El hacha bipenne, de doble filo, no es solamente destructora, sino también productora. Son la muerte y la vida, energías contrarias pero complementarias.
Es uno de los símbolos chinos más antiguos. Aparece en los ritos de matrimonio. La portaba un heraldo, y con ella arrancaba las ramas de dos troncos obteniendo así los haces. Estos haces ligados se presentaban en las fiestas de la boda.
El pseudo Dionisio Areopagita escribe: “las lanzas y hachas expresan la facultad de discernir a los contrarios, y la vivacidad, sagacidad y potencia del discernimiento.”
Es también símbolo de la diferenciación en Grecia: Atenea sale del cerebro de Zeus, abierto de un hachazo.
Para el psicólogo es signo de la intervención del medio social sobre la conciencia individual, reflexiva; intervención exterior necesaria para la creación individual.
El hacha de piedra es la primera arma – utensilio del hombre.
Créditos de las imágenes: Jerjes Medina Albino
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