Un verso enigmático del Bhagavad Gita

Autor: José Carlos Fernández

publicado el 21-03-2021

El Bhagavad Gita (literalmente “Canto del Maestro”) es uno de los grandes clásicos de la literatura y filosofía universal. Aparece en uno de los libros[1] del Mahabharata, la gran epopeya hindú, obra monumental de excelsas enseñanzas, dentro de la tradición védica, y atribuida al sabio Vyasa. En realidad el nombre de Vyasa significa “compilador” y no sabemos quién es el autor. Es incluso difícil datar cronológicamente tanto el Mahabharata como el Bhagavad Gita, y quizás fueron obras independientes, siendo después el segundo incluido en el primero. El Mahabharata narra la muerte de Krishna y el inicio del Kali Yuga, por lo que debe ser posterior al 3.102 a.C.[2] Además, del mismo modo que la Ilíada, se mantuvo oral durante un tiempo indefinido, siendo escrito, solo a partir del siglo V a.C. El Mahabharata, como la Biblia misma, es un compendio de libros diferentes de épocas diferentes, y quizás algunos sean mucho más antiguos de lo que imaginamos. El Mahabharata pertenece a lo que se llama “tradición”, smriti (memoria), pero el Bhagavad Gita, con sus 18 libros y 700 versos, aunque forma parte de él, es llamado Upanishad e incluido en la “revelación sagrada” (sruti), como los Vedas mismos.

Bhagavad Gita H.P.Blavatsky, a finales del siglo XIX decía que estos textos deben ser “leídos” con ayuda de siete claves de interpretación distintas (alquímica, psicológica, fisiológica, astronómica, histórica, matemática, etc.) con lo que es muy difícil saber qué acontecimientos narran, si son históricos-factuales, procesos de transformación de la naturaleza, astronómicos… Los historiadores occidentales englobaron toda esta obra dentro de la categoría “mito”, negando tajantemente su historicidad, como antes habían hecho lo mismo con la ciudad de Troya, la Ilíada y Odisea. Sin embargo, la ciudad de Dvaraka, sobre la que reinaba Krishna, fue encontrada casualmente al noroeste de la costa de la India, en el año 2001, haciéndonos revisar, así, todo lo que creíamos saber sobre esta saga formidable.

El Bhagavad Gita es la joya filosófica de la India, que llegó a Occidente, por primera vez con las traducciones al portugués. Shopenhauer la ensalzó. David Thoreau dijo de ella:

“Por las mañanas, baño mi intelecto en la filosofía estupenda y cosmogónica del Bhagavad Gita, ante la cual nuestro mundo moderno y su literatura parecen insignificantes y triviales”.

Gandhi la tradujo del sánscrito y se la aprendió de memoria. H.P.Blavatsky la introdujo en los textos que debían estudiar y meditar sus discípulos y en general todos los miembros de la Escuela Esotérica. Sri Aurobindo hizo también una traducción y estudio comentado, y Vivekananda, entre otros cientos de filósofos y místicos le dedicó su atención en varias obras. El mismo George Lucas se inspiró en el Bhagavad Gita y el Mahabharata para realizar Star Wars, según dijo ven varias entrevistas, animado también por la filosofía y recomendaciones de Joseph Campbell, otro de los enamorados de este libro. En la Organización Internacional Nueva Acrópolis es uno de los libros que estudiamos con asiduidad. La escena en que Arjuna, héroe principal de la obra, está en medio de los dos ejércitos contrarios (kurus y pandavas), antes del inicio de la guerra es muy inspiradora. Arjuna representa la conciencia humana en la gran encrucijada, en medio de una naturaleza divina y otra bestial que reclaman su espacio para en ella vivir.

De todos modos, el objetivo de este breve artículo no es hablar del Bhagavad Gita, en general, sino solo de uno de sus versos (slokas), el número 46 del Segundo Capitulo (Estancia), capítulo llamado “Enseñanza Esotérica”. Para ver así la gran dificultad que tenemos muchas veces a la hora de comprender estos textos en sánscrito, donde casi todo son metáforas, comparaciones y analogías de asombrosa profundidad. Hay dificultad, incluso en traducir estos textos, pues la lengua sánscrita es muy sintética, casi matemático-conceptual, más que discursiva, y al pasarlo a lenguajes actuales (aunque estos sean de herencia indoeuropea), mutilamos muchas de las alusiones, o tenemos que hacer largos circunloquios, que al final, más velan y encubren que consiguen aclarar el significado original.

Literalmente, dice:

यावानर्थ उदपाने सर्वत: सम्प्लुतोदके |
तावान्सर्वेषु वेदेषु ब्राह्मणस्य विजानत: || 46||

yāvān artha udapāne sarvataḥ samplutodake
tāvānsarveṣhu vedeṣhu brāhmaṇasya vijānataḥ

yāvān—todo eso; arthaḥ—tiene por objeto; uda-pāne—en un pozo de agua; sarvataḥ—en todos los aspectos (o desde-por, hacia-todas partes); sampluta-udake—en un gran lago; tāvān—tantos, de modo similar; sarveṣhu—todos; vedeṣhu—Vedas; brāhmaṇasya—el hombre que conoce el Brahmán Supremo (que obtuvo la Iluminación); vijānataḥ—que tiene completo conocimiento

En el Bhagavad Gita traducido por Ramacharaka, que consultó muchas versiones para hacer una unificada en inglés, el yogui occidental se ve obligado a añadir explicaciones previas, todo el primer párrafo:

“Así como el agua que mana de una fuente llena las vasijas de acuerdo con la forma y capacidad de cada una de ellas, así también las enseñanzas espirituales no proporcionan sino la parte que cada cual es capaz de recibir conforme al grado de su evolución.
Para el brahmán iluminado, los Vedas son tan provechosos como si su mente fuese un vaso capaz de recibir toda el agua de una fuente inagotable.”

En la versión de Annie Besant, discípula de H.P.Blavatsky y directora de la Sociedad Teosófica desde el año 1907 hasta su muerte, en 1933 aparece asÍ:

“Tan provechosos son los Vedas para el brahmán iluminado como el agua de un estanque lleno hasta los bordes”

En una edición de Nueva Acrópolis España, que hace un compendio de variases:

“Para un sabio dotado de visión espiritual, los Vedas tienen tanta utilidad como un pozo que ha sido cubierto por una inundación”

En la de Sri Aurobindo, uno de los grandes filósofos y místicos del siglo XX:

“Tanta utilidad hay en las aguas de un pozo que las aguas de la inundación rodean por todas partes como la hay en todos los Vedas para el brahmán que posee el conocimiento”

Swami Mukundananda lo traduce así:

“Todo aquello para lo que sirve un pequeño receptáculo de agua sirve en todos los aspectos un gran lago. Del mismo modo, aquel que alcanza y entiende la Absoluta Verdad también cumple el propósito de todos los Vedas.”

En la traducción de Swami Prabhupada, en su “Bhagavad Gita, tal como es”:

“Todos los propósitos que cumple un pequeño pozo, puede cumplirlos de inmediato un gran depósito de agua. De igual modo, todos los propósitos de los Vedas pueden ser cumplidos por aquel que conoce el propósito que hay detrás de ellos”

Es muy audaz la afirmación de “Bhagavad Gita, tal como es”, pues si la comparamos con las palabras sánscritas, una a una, esta es de las más “libres” e inexactas de entre todas estas traducciones. Después, el comentario que hace el autor no tiene nada que ver, absolutamente nada, con la máxima. Que sea la versión del Bhagavad Gita que está en más casas occidentales no significa, ni muchísimo menos, que sea la mejor. En mi opinión es la versión más dogmática, estrecha de pensamiento, y menos filosófica de casi todas las que conozco. Literalista y rígida, dentro de lo devocional (bhakti), un peligro, pues por naturaleza lo devocional debe ser fluídico y versátil, como el mismo movimiento del agua que corre o de la llama que se eleva en el cielo. La que fuera la versión divulgada a “machacamartillo”, incluso entregada gratuitamente, no hace que sea una versión menos sectaria y apartada de una interpretación lógica y natural del texto.

En la versión de Gandhi, además de traducir, añade comentarios:

“En la medida en que un pozo es de utilidad cuando una inundación lo invade todo, en la misma medida son los Vedas de utilidad para un Brahmán que posee el Conocimiento.”

En la traducción de Adiyen Nasanudasan:

“Para el Brahmín que conoce el Ser, los Vedas son de un uso semejante al de un estanque lleno para una persona sedienta.”

En la traducción de A. Mahadeva Shastri:

“La misma utilidad que hay en un estanque de agua, si la comparamos con una inundación de agua que se extiende por todas partes, la misma (utilidad) hay en todos los Vedas para un brahmán iluminado.”

Destacamos, a modo de ejemplo, entre los comentarios, el del gran Ramanuja (1077-1157), de carácter devocional [3]:

“No todo lo que es enseñado en los Vedas es oportuno que sea practicado por todos. Un estanque, que desborde en agua está construido para todo tipo de propósitos, como irrigación, etc. La persona sedienta irá a usar sólo la necesaria para matar su sed, y nunca toda. Del mismo modo, un aspirante iluminado que busca la liberación sólo tomará de los Vedas aquello que contribuya directamente para la Liberación, y nada más”

Desde otra perspectiva, la del más grande de los filósofos vedantinos, Shankaracharya en su célebre comentario al Bhagavad Gita, analizando este verso dice:

“Cualquiera que sea la utilidad –para bañarse, o beber, o semejantes– para la que sirve un pozo, o tanque o muchos otros pequeños depósitos de agua, todas estas utilidades son solo, como mucho, las utilidades que ofrece un flujo de agua que se extienda por todas partes; esto es, la utilidad del primero está comprendida en la del segundo. Del mismo modo, cualquier utilidad que exista en el ritual védico, ella está incluida en la utilidad del recto conocimiento de un Brahmán que ha renunciado al mundo y ha conquistado totalmente la verdad en relación con la Absoluta Realidad; siendo, en esta comparación tal conocimiento el agua que desborda por todas partes. El sruti dice: “Todo aquello bueno que haga la gente, todo ello es poseído por aquel que conoce lo que él (Raikva) conoce”. Lo mismo puede ser dicho aquí. De este modo, a un hombre que está destinado para el trabajo le es necesario realizar trabajos (que están aquí en el lugar de los pozos y tanques de agua), antes que él esté apto para la senda del conocimiento.”

Se nos hacen así patentes las dificultades de traducir estos textos, y que estas máximas son como diamantes facetados que irradian la luz-verdad en muchas direcciones, y que cada uno entiende así aquella para la que está preparado, o que está más en concordancia con su naturaleza íntima.

Nosotros somos ciegos, o casi, y necesitamos que nos conduzcan al pozo donde el agua saciará nuestra sed del alma. El que ve, puede beber de ella donde quiera, y la Naturaleza es pródiga en agua, ya que es la quintaesencia de la vida, y allá donde hay vida vive el agua.

Notas

[1] Más específicamente, en el Bhisma Parva

[2] Más específicamente, el inicio del Kali Yuga  o Era Oscura, se da el 17 de Febrero del 3102 a.C., en una conjunción de seis de nuestros planetas en el signo de Piscis. Su duración es estimada según la Cronología Hindú en 432.000 años.

[3] Comentario vinculado a la traducción de Aniyen Nasanudasan que aparece varias líneas antes.

Créditos de las imágenes: Editorial Nueva Acrópolis

Si alguna de las imágenes usadas en este artículo están en violación de un derecho de autor, por favor póngase en contacto con nosotros.

Un comentario

  1. Jesus Chancosa dice:

    Yo me lo he leído está muy bien de gran sabiduría debemos encontrar al Maestro interior o exterior aunque el Bddha nos previene de no seguír a nadie un saludo

¿Qué opinas?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *