Es uno de los símbolos que vienen de la más remota antigüedad. Es el tercero de los 4 símbolos fundamentales, con el centro, el círculo y el cuadrado. Establece una relación entre los otros tres: se inscribe en el círculo y lo divide en 4 segmentos; engendra el cuadrado y el triángulo. Representa la tierra, como el cuadrado, pero expresa sus aspectos intermedios, dinámicos y sutiles. Dirigida hacia los 4 puntos cardinales es la base de todos los símbolos de orientación en los diferentes planos de la existencia del hombre.
Tiene una función de síntesis y medida. Une en sí el cielo y la tierra, el tiempo y el espacio.
En las leyendas orientales es la escala por donde el alma sube hacia Dios.
La iconografía cristiana ha enriquecido mucho el símbolo de la cruz al condensar en ella la historia de Cristo. Se utiliza para expresar la Pasión y su propia presencia. Se distinguen 4 clases: la tau sin cúspide, con cúspide y un travesaño, con cúspide y dos travesaños y con cúspide y tres travesaños.
La tau simboliza la serpiente clavada en una estaca, muerte vencida por el sacrificio, con un sentido misterioso ya desde el Antiguo Testamento.
Con un travesaño es la de Cristo; sus 4 ramas son los 4 elementos, el conjunto de la humanidad, la fe asentada profundamente, la esperanza subiendo al cielo, la caridad extensa.
Con 2 travesaños es Cristo también: el de arriba sería la inscripción INRI.
Con 3 es símbolo de la jerarquía eclesiástica: tiara papal, sombrero cardenalicio y mitra episcopal.
En las tradiciones judía y cristiana pertenece a los ritos de iniciación primitivos, anunciada por varias figuras del Antiguo Testamento. Se convierte en polo del mundo; es el hombre con los brazos extendidos abarcándolo. Es el árbol de la vida.
La cruz céltica se inscribe en un círculo cuyas extremidades lo desbordan, uniendo así el simbolismo de ambos. Coincide con la división de Irlanda en 4 provincias con una quinta en el centro formada por una parte de cada una de las demás. En época carolingia sintetiza el cristianismo y la tradición céltica.
En Asia el eje vertical es una jerarquía de estados del ser; el eje horizontal es Prakriti, la superficie de las aguas sobre la cual actúa Purusha, el eje vertical activo celeste.
En China es mediadora entre el círculo y el cuadrado, entre cielo y tierra, símbolo pues del mundo intermedio y del hombre universal. El centro es el vacío del cubo de la rueda, actividad central no actuante. Es el emblema de la radiación del centro solar. Es el número 10, que los contiene a todos.
En Egipto la cruz ansada es una argolla de la cual pende una tau. Atributo de Isis, emblema de la vida y la eternidad.
Para los aztecas era la totalidad, Xiuhtecutli, el fuego asentado en el hogar del universo.
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