Hades es entre los griegos el dios de los muertos. Recibió por sobrenombre el de Plutón, el rico, para designar las riquezas subterráneas de la tierra, entre las cuales se encuentra el imperio de los muertos.
El hades ha pasado a ser el símbolo de los infiernos, lugar invisible, sin salida salvo para la reencarnación, perdido en las tinieblas y el frío, frecuentado por monstruos y demonios. El infierno es el estado de la psique que ha sucumbido en su lucha, sea que haya tratado de rechazarlos al inconsciente o que haya aceptado identificarse con ellos por una perversión consciente.
En la cosmogonía azteca los infiernos están situados en el norte, país de la noche, llamado el país de las nueve llanuras o de los nueva infiernos. Todos los humanos, a excepción de los héroes, los guerreros muertos en combate o sacrificados, las mujeres muertas de parto y los niños nacidos muertos, vienen de los infiernos y vuelven a ellos ocho veces hasta que en la novena vez se hunden en la nada.
El dios de los infiernos es el quinto de los nueve Señores de la Noche; lleva sobre su espalda un sol negro y sus animales son la araña y la lechuza.
En la tradición cristiana la pareja luz – tinieblas simboliza los dos opuestos, cielo e infierno. El infierno es la privación de Dios y de la vida.
Créditos de las imágenes: LoggaWiggler
Si alguna de las imágenes usadas en este artículo están en violación de un derecho de autor, por favor póngase en contacto con nosotros.
¿Qué opinas?