Introducción
Nueva Acrópolis es una Organización Internacional que propone un ideal de valores permanentes para contribuir a la evolución individual y colectiva, a través de sus líneas de acción en Filosofía, Cultura y Voluntariado. Nueva Acrópolis está presente en 60 países en los cinco continentes y mantiene abiertas más de 400 sedes.
Su acción en el mundo se basa en tres ideales fundacionales:
El ideal de la fraternidad universal, promoviendo el respeto a la dignidad humana, más allá de las diferencias, de sexo, culturales, religiosas, o sociales.
El ideal del conocimiento, fomentando el amor a la sabiduría, a través del estudio comparado de filosofías, religiones, ciencias y artes.
El ideal del desarrollo, comenzando por la realización de las mejores cualidades y valores de cada ser humano, como base sólida para un mundo mejor.
El presidente de Nueva Acrópolis, Carlos Adelantado nos explica los caminos hacia esos ideales comunes.
¿Cuáles son los principales desafíos que tiene Nueva Acrópolis en la actualidad? ¿Qué metas desearía alcanzar?
a) A nivel filosófico, la gran meta es reivindicar la importancia atemporal del concepto de Filosofía.
Hoy es una palabra infravalorada y olvidada en el cajón de lo que resulta, incluso, un poco molesto. Sin embargo, lo natural es preguntarse acerca del porqué de las cosas que nos han sucedido o que sabemos positivamente que nos van a suceder. Desde este punto de vista, la Filosofía es una herramienta necesaria para dar a la existencia un sentido coherente, y para tomar conciencia del verdadero protagonismo que cada ser humano puede asumir en relación a su propia vida.
Que sepamos valorar cada vez más lo que nos une por encima de lo que en apariencia nos separa, y que podamos ir más allá de los reflejos superficiales y siempre cambiantes de las personas y de los acontecimientos.
La Filosofía nos enseña que a mayor percepción interior de lo esencial, mayor evidencia exterior de lo fraternal.
b) Nos esforzamos para que la Cultura tenga más presencia en la sociedad.
No me refiero tan solo a que aumente la cantidad de actividades culturales, sino a que realmente la Cultura sirva para unir a los pueblos y para comprender las diferentes mentalidades, para que pueda cumplir una función de elevación de la conciencia y de apertura del corazón.
Por desgracia, estoy convencido de que algunas de las actitudes de intolerancia y de agresión hacia algunas personas o determinados segmentos de la población, obedecen a una falta de cultura provocada por el desconocimiento de otras formas de expresión de la actividad humana.
c) Con el Voluntariado, nuestro trabajo aspira a conseguir que el desarrollo interno de cada voluntario vaya a la par que su entrega inegoísta al bienestar común.
Todo esfuerzo, todo servicio en bien de los demás, puede aprovecharse para entender de manera más consciente el Sentido de la Vida; y al mismo tiempo, crecen una serie de fuerzas interiores como puede ser el valor de la solidaridad, la autoestima, la esperanza en un mejor futuro, la empatía… y otras muchas. Pero, por encima de todo, aumenta la sensación de Libertad y la fuerza de Voluntad.
Mi gran deseo, entonces, es que las acciones de Voluntariado no sean solamente unas buenas acciones, más o menos útiles, sino que las personas que actúan como Voluntarias puedan estrechar sus lazos con la Vida.
¿Qué experiencias están recogiendo las casi 500 sedes de Nueva Acrópolis en estos tiempos difíciles en todo el mundo?
A nivel personal estoy muy satisfecho, pues ha quedado demostrado que la aplicación de la Filosofía ayuda a enfrentarse con los miedos y la incertidumbre.
Ahora estamos comprobando que la gente que se acerca a nuestras sedes muestra un mayor interés y una auténtica preocupación por entender la Vida y al ser humano. Es como si los espejos que reflejaban la realidad se hubieran roto en mil pedazos y, de pronto, o no se ve nada, o se percibe una realidad diferente. En cualquier caso, esto es un motor que impulsa a caminar hacia el conocimiento de uno mismo.
Hemos comprobado la utilidad de las nuevas tecnologías, que nos han permitido proseguir con nuestra labor, a pesar de las dificultades. No obstante, también ha quedado claro que nada puede reemplazar la calidad del contacto personal. No en vano, la práctica de la Filosofía siempre se dio en la antigüedad en escuelas, en agrupaciones, donde el uso del diálogo como herramienta pedagógica era fundamental, y el reto de alcanzar una armónica convivencia era aceptado por todos.
Hay gente que desconfía de las organizaciones
Cierto, y no les faltan motivos en muchas ocasiones.
Sin embargo, yo creo que una organización puede resultar de mucha utilidad, pues reúne y coordina esfuerzos y voluntades diversas. Eso sí, nunca debemos olvidar los peligros que pueden surgir de ciertas desviaciones en las organizaciones.
Considero desviación imponer cierta opinión particular y personal, sin diálogo ni comparación alguna posible; apartarse de los fines y principios para los que fue constituida; y aprovecharse de su funcionamiento para conseguir renombre y prestigio social.
Algo que considero muy positivo es la gran cantidad de personas que han formado parte de NA a lo largo del tiempo. Cada año se benefician de nuestros cursos de filosofía, actividades culturales, o acciones de voluntariado miles de personas. Unas se incorporan a nuestra organización, otras prefieren colaborar esporádicamente, y otras, en fin, no desean adherirse. Pero todas estas personas han comprobado nuestros esfuerzos en favor de una sociedad mejor.
También hay gente disconforme. ¿Qué respondería a los que critican a Nueva Acrópolis?
Que tienen todo el derecho de hacerlo, que están en su derecho.
Dada la maravillosa diversidad y complejidad de la naturaleza humana, no se puede pretender ser querido y aceptado por todos. Está fuera de toda lógica.
Yo creo, además, que la crítica puede ser muy constructiva si se consigue desligarla de la malicia y de la carga negativa que muchas veces arrastra.
No hay que dramatizar con esto, porque es propio de los seres racionales el analizar, discutir, comparar razonamientos, someterlos a examen y, finalmente, elegir. Si se eliminara ese derecho a la crítica, estaríamos limitando la libertad humana y eliminando una parte importante de la Filosofía, pues el pensamiento crítico de someter a análisis y consideración la misma vida con todos sus condicionantes, es muy propio de los filósofos.
¿Y cómo se explica que haya habido detractores, sobre todo en el pasado?
Ciertamente hay que trasladarse al pasado para encontrar este tipo de malentendidos. De hecho, son situaciones que, dada mi edad actual, yo no he conocido de manera directa.
Pero según mi parecer, ha sido un problema de falta de comprensión. Tal vez provocado por la complejidad de esta Escuela de Filosofía a la manera clásica, que trata de aunar la teoría y la práctica en su plasmación, como Ideal Filosófico que aspira a mejorar el mundo y a los seres humanos, y que desde el principio se vio que era un Movimiento capaz de extenderse a nivel internacional.
Incluso muchos miembros de Nueva Acrópolis de esas primeras épocas, a los que hay que agradecer su esfuerzo y su dedicación, no entendieron muy bien las características profundas de Nueva Acrópolis. No entendieron que era algo que venía desde el más remoto pasado y que, por tanto, era algo totalmente nuevo y desligado de cualquier comparación con todo lo hasta entonces conocido en el siglo XX. Se cometieron errores que se han corregido gradualmente. Y esta actitud de autocorrección es válida ahora y en todo momento futuro, pues el espíritu de autocrítica no puede desaparecer de la vida filosófica.
A esto debemos sumarle que todo lo nuevo, cuando aparece, necesita un tiempo de adaptación al entorno, y también necesita tiempo para mostrar a través de su desarrollo el verdadero potencial y las ventajas sociales que atesora.
Lamentablemente, es inevitable que siempre existan en la sociedad personas que “viven” de críticas, detracciones y sensacionalismo.
Pero de todas maneras, las reacciones ante nuestra propuesta filosófica no suponen nada nuevo para una Escuela de Filosofía de raíces profundas que podríamos denominar esotéricas. Es una constante que se ha repetido a lo largo de los siglos.
¿Qué importancia da Nueva Acrópolis a lo esotérico?
El término “esotérico” significa “más adentro”. Se entiende por tanto aquello que está oculto, que es interior, siendo lo exotérico lo exterior.
En Nueva Acrópolis entendemos por esotérico lo interno, el ser de las cosas, lo que se esconde a nuestra mirada, pero que es esencial.
Todas las cosas y los seres vivos tienen una parte exterior, visible y una parte interior que es su fundamento. Por ejemplo, un edificio tiene paredes, puertas, ventanas que están a la vista. Esto sería lo exotérico. Pero, también tiene un armazón compuesto de pilares, vigas y forjado que es su esqueleto, lo que lo sostiene, lo esotérico. Y esto no es visible, en principio.
En el universo vemos planetas, estrellas, galaxias. Son cuerpos hechos de materia más o menos sutil, son lo exotérico. El porqué de su existencia, la vida que anima estos cuerpos, su finalidad, sería lo esotérico.
Las personas realizamos actos cotidianamente que tienen una aparente razón práctica, pero detrás de nuestras actitudes exteriores están los verdaderos motores de nuestros actos. Estos motores que son de orden metafísico (en el sentido de que van más allá de lo físico) conforman la parte esotérica de los seres humanos.
Por eso hablamos en Nueva Acrópolis de Filosofía de las Causas, también conocida como Filosofía Natural o Esotérica, porque nos interesa alcanzar a entender el porqué de las cosas, sus causas ocultas, que podemos percibir mediante la razón o la intuición, si conseguimos desarrollar una mayor sensibilidad, y una mayor capacidad de relacionar e integrar los elementos que nos rodean.
¿Por qué tiene el mismo valor en Nueva Acrópolis la Filosofía de Oriente y de Occidente?
¿Y por qué no? No podemos empeñarnos en negar el legado filosófico de lo que llamamos Oriente, de pueblos como el indio, el japonés, tibetano, chino, y otros, sin olvidar el aporte de la filosofía de Occidente. El problema es que todavía existe mucho racismo latente, y no solo en el contexto físico. La vanidad y el racismo intelectual es mucho peor que el racismo físico, y todavía más lo es la soberbia y el racismo espiritual de creerse con la posesión exclusiva de la verdad.
¿Qué papel juegan las llamadas Fuerzas Vivas en Nueva Acrópolis?
Son grupos integrados por miembros que libremente eligen dedicar tiempo y esfuerzo para apoyar directamente en el funcionamiento vital de las sedes. Son además niveles de vivencia, es decir, de experimentación interior y exterior con la puesta en práctica de conocimientos y ejercicios que pueden ayudar a avanzar por el camino de la filosofía como forma de vida, como nos recomiendan los clásicos de Oriente y Occidente.
En definitiva, se trata de dar Vida a las Fuerzas que tenemos dentro y también de conocer y aprovechar las Fuerzas de la Vida. Estamos hablando de algo importante, y esto supone la existencia de ciertos requisitos en los componentes de estos grupos, como puede ser la honradez y el sentido común (por citar algunos). No todos son admitidos, y esto puede provocar una sensación de frustración en aquellos que no son aceptados y ciertas actitudes hostiles, pero es un riesgo que hay que correr.
Volviendo a nuestro mundo, ¿puede señalar algún error que considere fundamental en la actualidad?
Desde mi punto de vista, el mayor error sigue siendo confundir los medios con los fines.
Un claro ejemplo es la Economía. La Economía debería ser considerada un medio útil y necesario para la creación y conservación de estructuras, pero jamás un fin en sí misma.
Tendría que servir para mejorar las oportunidades educativas y conseguir que la educación llegue a más cantidad de población en el mundo. Tendría que servir para aliviar la carga de trabajos pesados, mecánicos y repetitivos. Tendría que servir para dotar de posibilidades de desarrollo a los seres humanos, pero en todos los ámbitos.
El afán de poseer, de acumular bienes, tiene como consecuencia perjudicar a otros, fomentar excesivamente la competencia y la explotación de otras personas con el fin de obtener mayores beneficios. Es nefasto desde la perspectiva humana y de proyección hacia un mejor futuro.
En Nueva Acrópolis, por ejemplo, nos financiamos sobre todo con las cuotas mensuales que aportamos todos los socios, con la venta de nuestros libros y con pequeños talleres internos que cumplen funciones de autoabastecimiento. Son pequeñas cantidades que nos permiten mantener nuestros locales abiertos y acometer una serie de proyectos culturales y de voluntariado.
A pesar de que la economía dirige y gobierna en este momento el rumbo de la humanidad, no pensamos que constituya la única fuerza de progreso para los pueblos y los individuos.
¿Cuál es su opinión sobre el materialismo?
Desde hace mucho tiempo esta es la idea dominante que mueve al mundo. Y es la idea que ha acabado por imponerse en el campo de la política, de la ciencia, de la economía, de la educación y también, desafortunadamente, de la moral. Ha penetrado en el corazón de nuestros hogares y en el cerebro de la gente. La mentalidad materialista rige la vida de la inmensa mayoría de los habitantes del planeta.
¿Es eso bueno o malo? Seguramente es una experiencia que necesita vivir la humanidad en su conjunto. Tal vez sea necesario agotar el camino del materialismo para que cobren valor otros aspectos de la existencia humana.
Ahora mismo, no es descabellado reconocer que los científicos materialistas han topado con su gran escollo: que es esclarecer cómo de la evolución aleatoria de la materia ha llegado a surgir la Conciencia. Sabemos mucho acerca del comportamiento de la materia, pero no sabemos el POR QUÉ.
La educación, la política y la economía basadas en el materialismo también han fracasado. Los pueblos, en general, no son más felices a pesar de tener más posesiones materiales y más comodidades (en algunas zonas del planeta muchísimo más que en otras). Hay que reconocer que no se ha podido erradicar el hambre, la pobreza y la tremenda desigualdad que reina en el planeta.
¿Pueden conjugarse la Política y la Filosofía?
La Filosofía puede conjugarse con cualquier faceta propia del ser humano: con el Arte en la captación de lo bello, con la Ciencia en su afán de acercarse a lo verdadero, con la Religión en su expresión de lo bueno, y con la Política en la necesidad de justicia.
Precisamente, para regular la convivencia en sociedad, se necesita establecer de manera clara los derechos y deberes de los ciudadanos, y ahí entra el concepto de Justicia. Ya desde la antigüedad, tanto Confucio como Platón (entre otros), se hicieron eco de esta búsqueda de lo justo, y el diálogo de Platón “La República” es tal vez el escrito más significativo.
Lo demuestra el hecho de las frecuentes críticas que recibe y de los grandes elogios e innúmeras referencias que podemos encontrar en obras de autores posteriores, desde contemporáneos de Platón hasta nuestros días.
Personalmente, no creo que la intención del filósofo ateniense fuera la de conseguir edificar una sociedad ideal formada por seres humanos perfectos, sino la de aportar reflexiones y posibles soluciones a los numerosos males de los distintos regímenes de las ciudades griegas de su época. De hecho, en Las Leyes, un diálogo posterior, modifica algunos argumentos de La República.
Platón es considerado totalitario en algunos ambientes intelectuales.
Pienso que también es justo decir que, para la gran mayoría de investigadores e intelectuales desprejuiciados, Platón adquiere la categoría de sabio. En la antigua Grecia, el concepto de sabio era muy amplio: implicaba ser filósofo, matemático, científico, médico del alma, poeta, asesor político … Un concepto de “totalitas”, de totalidad. Esto es contemplado por Platón cuando propone una formación ciudadana basada en una educación integral que abarcara los variados aspectos de la naturaleza humana.
Aquellos que critican a Platón se olvidan de mencionar las obligaciones que el gran filósofo estipula para la clase dirigente.
Ahora mismo los consejos de Platón siguen siendo válidos como que los GOBERNANTES:
Y todavía hay más requisitos…
¿Qué les exigimos nosotros a nuestros políticos gobernantes? ¿Qué criterios siguen los partidos para seleccionar a sus candidatos? Es una buena pregunta.
¿Puede mejorarse la democracia?
Sin ninguna duda, tal como puede mejorarse todo lo que existe sobre la faz de la tierra. En mi opinión, se debería realizar un verdadero esfuerzo por avanzar en la consecución del bien común, más allá de los intereses partidistas de uno u otro sector.
Los enfrentamientos, a veces casi irracionales entre las distintas facciones, ocasionan una serie de marchas y contramarchas que retrasan el avance general. El afán por descalificar al adversario, la falta de ética a la hora de cumplir con las promesas electorales, la malversación y dudosa financiación de muchos de los partidos y la escasa preparación de algunos candidatos es algo que, sin duda, se puede mejorar.
También hay que prestar mucha atención a la mejora de la educación, porque es el sistema que más necesita de ella, dado que el ciudadano puede elegir periódicamente en las urnas. Para pensar y decidir todos necesitamos una educación continua. Y, sobre todo, se necesita para dirigir a otros.
El Profesor Jorge Ángel Livraga, fundador de Nueva Acrópolis, enseñaba que los sistemas son buenos si los seres humanos que los componen son buenos. Y dejan de serlo cuando los seres humanos que los conforman se vuelven corruptos e ineficaces.
¿Cuál es la posición de Nueva Acrópolis ante la Religión?
Es la misma que han tenido las Escuelas de Filosofía a lo largo del tiempo, es decir, de absoluto respeto ante las diferentes formas religiosas, pero esas formas no pueden ser impuestas ni dogmáticas.
Para la mayoría de las personas la pertenencia a una religión viene dada por el lugar geográfico en el que se ha nacido, y por el entorno familiar. Pero es innegable que a medida que se desenvuelve la capacidad de introspección y de reflexión, tarde o temprano, cada individuo llega a plantearse su postura ante lo que podemos llamar Lo Sagrado.
Esa posición la considero muy íntima y muy libre, porque interviene la mente, el corazón y la conciencia. Y creo que, aun los que se confiesan ateos, mantienen esa relación en su interior.
A unos les servirán las formas religiosas establecidas, otros adoptarán sus propias formas; para unos será una conexión basada en elementos objetivos, y para otros será un encuentro altamente subjetivo. Es un buen ejercicio de tolerancia para todos.
La cuestión es que nadie puede ser dueño de la espiritualidad de los demás.
¿Por qué es tan importante lo simbólico?
Es posible que forme parte de la conexión con ese Mundo Inteligible y Superior del que hablaba Platón. Hay que tener en cuenta que la lógica y sus mecanismos tiene sus limitaciones, propias de un mundo lineal. Pero en una realidad no lineal, las características del Tiempo y del Espacio son modificadas y, en consecuencia, la Conciencia es afectada de manera diferente: hay un aumento y expansión de la Conciencia que repercute en una captación más profunda y sutil de la Realidad.
No me refiero al subconsciente ni al inconsciente, sino (si se me permite la expresión) al supraconsciente. Una dimensión superior de la Conciencia, donde cobra vida un conocimiento sin intervención de los sentidos y donde las experiencias actualizadas están bajo el completo dominio del individuo. Los símbolos nos ayudan a ejercitar las analogías que los relacionan con las ideas superiores.
¿Por qué cree que la gente utiliza símbolos? Están presentes en el mundo comercial, en lo social, en lo trascendente y hasta en lo cotidiano.
De entrada, puedo decir que parece que existe una necesidad de pertenecer a algo, y eso conlleva la utilización de anagramas, símbolos y emblemas como medio de reconocimiento. Los usan empleados de grandes y pequeños comercios, las marcas de ropa y calzado, asociaciones deportivas y culturales, las corporaciones financieras, etc. El uso de los símbolos es algo presente en todo momento y lugar.
Pero también es posible que todos sepamos, de manera natural e innata, que necesitamos alcanzar estados de conciencia cada vez más elevados, intuitivos, que nos permitan ir más allá de los límites del plano conceptual.
Quizá porque el mundo simbólico conforma la gran diferencia evolutiva que distingue a los seres humanos de otros reinos: el imaginario simbólico está presente cuando nos casamos, cuando acabamos los estudios; cuando alguien nace y viene al mundo, le ponemos un nombre, y lo despedimos al final de su vida, todo de manera simbólica. La gente lleva anillos, collares, ropas y colores… incluso los tatuajes, tan de moda hoy en día, son un acercamiento al mundo de los símbolos. Como podemos comprobar, algo tan humano como la risa y el llanto no pueden comprenderse si eliminamos su trasfondo simbólico.
Hay que tomar en cuenta que hay símbolos que tienen idéntico significado en todas las civilizaciones a lo largo de la historia: la mano abierta o cerrada, la rueda como construcción y como ciclicidad, el fuego en relación a la sabiduría, el águila como mensajero, el Sol como Señor del Cielo…
Como curiosidad, me llama la atención la buena acogida que tienen entre el público las series y películas en las que los guionistas emplean este lenguaje simbólico.
También en Nueva Acrópolis usamos símbolos según la actividad que estamos realizando: deportes, voluntariado, talleres artísticos, artes marciales, y filosofía propiamente dicha. En nuestra escuela de Filosofía dedicamos mucho tiempo a analizar los símbolos relacionados con lo sagrado en diferentes civilizaciones.
Y en nuestras celebraciones filosóficas de las estaciones del año también están presentes los símbolos relacionados con la primavera, el verano, el otoño y el invierno.
¿Qué consejos daría a alguien que siente que la vida no tiene sentido?
El primer consejo es que aprenda a hacerse preguntas. Si esa persona es capaz de hacerse preguntas, y no encuentra la respuesta, tal vez no está buscando de manera eficaz, ni en el lugar adecuado.
Yo le diría que busque dentro de sí mismo y no afuera, porque hay respuestas que no pueden llegar del mundo externo. Que trate de percibir los valores que atesora en su interior y, a medida que los vaya desarrollando encontrará, de manera natural, los puntos de conexión con la vida.
Porque aquí hay otra cuestión, no menos importante: si la Vida tiene sentido (y vamos a suponer que lo tiene), ¿Cómo percibir ese sentido de la Vida? ¿Con qué tipo de sentidos? Es obvio que necesitamos desarrollar algunas fuerzas latentes, por ejemplo, el poder de percibir el sentido de la Vida.
¿Y dónde reside la auténtica fuerza?
Sin duda alguna en el desarrollo de la Conciencia (como finalidad), y en la Educación (como medio para alcanzarla).
El Profesor Jorge Ángel Livraga enseñó desde el principio que Educación es la utilización de la cultura para acelerar la evolución humana, para efectuar su transmutación. Insistió en señalar que educar no es torcer o forzar naturalezas, sino liberarlas del yugo instintivo y de las estrecheces psíquicas y espirituales que las aprisionan y son causa de sufrimiento.
Y esto es posible porque todo ser humano nace con determinadas potencialidades y cualidades latentes que puede desarrollar si se le educa de la manera adecuada.
Decía el Profesor Livraga que la verdadera pedagogía consiste en informar sin engañar, instruir sin politizar y educar sin deformar, con el objetivo de conseguir un ciudadano consciente, feliz y útil que sepa manejar las manos, el corazón y la mente.
Y quizás también pueda actualizarse un elemento superior a lo estrictamente mental, como puede ser la imaginación y la intuición, para conocer el mundo donde viven los grandes Ideales, las Ideas arquetípicas, los más puros Sueños.
Tiene que ser difícil llegar a ser profesor en Nueva Acrópolis
Es una cuestión de capacidades demostradas, estudios realizados y méritos alcanzados.
Aquí necesito explicar brevemente que Nueva Acrópolis es una Institución de carácter educativo reconocida oficialmente como una Organización Internacional sin fin de lucro.
Al tratarse de una Institución de carácter privado, puede, por estar legalmente reconocida, crear unos modelos propios de formación académica, siempre siguiendo una lógica que no es diferente a la de las Instituciones oficiales.
Así pues, nuestros Grados Académicos están inspirados en los modelos utilizados en las Universidades europeas. Es lo que se conoce como el Sistema de Bolonia que se está aplicando a nivel general.
En este sentido, las Universidades utilizan dos tipos de Grados: los llamados Grados oficiales y los llamados Grados de enseñanzas propias.
Siguiendo el modelo de Enseñanzas Propias, y dado que nuestro Programa de Estudios es muy amplio, hemos configurado nuestros Grados Académicos en: grado de Experto, de Especialista y dos niveles de Grado Master.
Nuestros profesores pertenecen a alguno de estos Grados.
Y además, y no menos importante, han de ser un claro ejemplo de cumplimiento del Código Deontológico, al que estamos todos comprometidos. Si hay una falta demostrada al Código de Ética no pueden formar parte del Claustro de Profesores y causan baja como tales.
¿Qué cree que ha conseguido Nueva Acrópolis hasta ahora y qué tiene que lograr todavía?
De todos los éxitos y logros que se han acumulado en los 65 años de vida de este Ideal filosófico, voy a resaltar el haber conseguido que la Convivencia y la Fraternidad sea una realidad en miles de jóvenes de los 5 continentes, pues Nueva Acrópolis está conformada por mujeres y hombres de todas las razas, de diferentes culturas y creencias religiosas o de ninguna, de todas las condiciones sociales. Para nosotros, la categoría de ser humano está muy por encima de cualquier otra consideración sectaria.
Nuestra labor proporciona conocimiento, con un enfoque ecléctico y no dogmático y ha sido reconocida en varios países como “de interés público”.
¿Qué tenemos que lograr?
Tenemos que encontrar la manera adecuada de ser correctamente comprendidos. Tenemos que conseguir que nuestra voz llegue a vibrar en muchos más corazones para que puedan encontrarnos todos aquellos que nos están buscando.
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Entonces voy a acabar hablando de Filosofía porque ya sabemos que en un universo curvo los Principios y los Finales convergen. Y vuelvo a afirmar su necesidad y su utilidad.
Filosofía es establecer una relación verdadera entre los conocimientos objetivos que tenemos del mundo, y la subjetividad de nuestra parte interna (que no por ello es menos real, más bien es “otra realidad”).
Una RELACIÓN VERDADERA es que los actos respondan a una manera de sentir y de pensar. Y ese sentir y pensar debe ser acorde a la unión y síntesis de nuestras experiencias objetivas y subjetivas, es decir, a nuestra experiencia de la vida.
Esto implica que, con una correcta actitud, la Filosofía particular de cada ser humano mejorará con el tiempo, pues nuestras experiencias de vida también pueden ser cada vez más profundas y más sutiles.
Nueva Acrópolis es un campo de experimentación, externo e interno, que ofrece la posibilidad de mejoramiento individual y de mejoramiento colectivo. Nueva Acrópolis es un mundo pleno de posibilidades. Tal como la Vida misma. Es Filosofía en acción.
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