Un filósofo escéptico de la Segunda sofística, Favorino de Arelate (Arlés, Francia), discutía a menudo con el emperador Adriano, aunque siempre acababa dándole la razón. de hecho fue confinado en la isla de Quíos por el mismo Adriano alrededor de 130, de la cual pudo regresar en el año 138, el año del ascenso de Antonino Pío. Un día alguien se lo reprochó y Favorino se excusó diciendo:
—Sería peligroso no dar la razón a quien tiene treinta legiones para defenderla.
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