Cada rosa gentil ayer nacida,
cada aurora que apunta entre sonrojos,
dejan mi alma en el éxtasis sumida…
¡Nunca se cansan de mirar mis ojos
el perpetuo milagro de la vida!
Años ha que contemplo las estrellas,
en las diáfanas noches españolas,
y las encuentro cada vez más bellas.
¡Años ha que en el mar, conmigo a solas,
de las olas escucho las querellas,
y aún me pasma el prodigio de las olas!
Cada vez hallo a la naturaleza
más sobrenatural, más pura y santa.
Para mí, en derredor, todo es belleza;
y con la misma plenitud me encanta
la boca de la madre cuando reza,
que la boca del niño cuando canta.
Quiero ser inmortal, con sed intensa,
porque es maravilloso el panorama
con que nos brinda la creación inmensa
porque cada lucero me reclama,
diciéndome al brillar: «¡Aquí se piensa
también, aquí se lucha, aquí se ama!»
Amado Nervo
Agosto 1915
Créditos de las imágenes: GS11GS11
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