País: EE.UU.
Dirección: Edmund Goulding
Intérpretes: Tyrone Power, Gene Tierney, Anne Baxter, John Payne, Clifton Webb, Herbert Marshall, Lucile Watson, Frank Latimore, Elsa Lanchester
Guión: John Byrum, Murray Bill
Música: Jack Nitzsche
Fotografía: Peter Hannan
Distribuidora: Fox
Duración: 145 min.
Argumento:
Basado en la novela de igual título de W. Somerset Maugham.
Aclamadísima adaptación de la filosófica novela de Somerset Maugham sobre un hombre que a la búsqueda de un sentido a su vida. Larry Darrell, un joven aviador, vuelve a casa desencantado después de haber vivido los horrores de la I Guerra Mundial. Las dificultades para adaptarse de nuevo a la sociedad y la infidelidad de su prometida a la que encuentra con otro hombre, le empujan a emprender un largo viaje en busca de la verdad y la paz espiritual que le llevará desde los sórdidos barrios de París hasta las nevadas cumbres del Himalaya.
Cuatro son los pilares fundamentales en los que se sustenta esta maravillosa película: La inspirada dirección del “artesano” Edmund Goulding, el brillante guión, de un equilibrio prodigioso, la maravillosa puesta en escena y la extraordinaria labor interpretativa de un reparto en estado de gracia, encabezado por un Tyrone Power, estelar en el papel de ese alguien que busca ese “algo más”, y una Gene Tierney sencillamente maravillosa como actriz, perfectamente secundados por el aristocrático y cínico Clifton Webb -en un papel hecho a su medida-, la torturada Anne Baxter -que se llevo un merecido Óscar a la mejor actriz secundaria- y el sobrio, pero brillante y eficaz Herbert Marshall.
No podemos olvidarnos, sin embargo, de la extraordinaria partitura del gran Alfred Newman, que compuso sus mejores páginas para films de temática espiritual y religiosa, con un tema bellísimo, uno de los más inspirados de su prolífica carrera, de la brillante fotografía en B/N y de la suntuosa dirección artística.
Se trata de un film altamente espiritual, del que recomendamos la versión clásica de Tyrone Power y no las versiones posteriores.
Estamos ante un argumento duro que se acerca al drama y que nos mantiene en vilo sobre la necesidad de buscar la paz espiritual.
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En general la reseña es aceptable, pero revela que no se ha visto la película cuando se afirma que motiva su viaje espiritual "la infidelidad de su prometida a la que encuentra con otro hombre".
Tal cosa no existe, no hay esa escena en la película. Al contrario, ellos se separan en la claridad de sus expectativas opuestas. Al comienzo y luego de un distanciamiento consentido, toman rumbos diferentes, sin necesidad de infidelidades.
La determinación en la búsqueda de un sentido a la vida nace en el protagonista de haber presenciado la muerte de un camarada suyo en la guerra, y no es producto de decepción alguna.
La radicalidad de su experiencia existencial proviene de una inquietud íntima, no de una ligera frivolidad mundana.
Creo que usted tiene razón, Horacio, en el detalle que puntualiza. He estado viendo en el minuto 32 de la película (https://www.youtube.com/watch?v=gmuh-_8BdqY) la escena que usted dice. En ella parece que ambos acuerdan separarse.
Gracias por la corrección y por su aportación a este blog.
La película de 1980, con Bill Murray, a mi juicio, es visualmente más impactante, y no carece de riqueza espiritual