Cine: Nivel 13

Director: Josef Rusnak

Escritores: Daniel F. Galouye (libro), Josef Rusnak (guión)

Compañías Productores:
Columbia Pictures
Centropolis Film Productions

Reparto:
Craig Bierko, Armin Mueller-Stahl, Gretchen Mol, Vincent D’Onofrio, Dennis Haysbert, Steven Schub, Jeremy Roberts, Rif Hutton, Leon Rippy, Janet MacLachlan, Brad William Henke, Burt Bulos, Venessia Valentino, Howard S. Miller, Tia Texada

The Thirteenth Floor, conocida en español como Nivel 13 o Piso 13, es una película de 1999 dirigida por Josef Rusnak y coproducida entre Alemania y Estados Unidos. Su guión está basado en la novela Simulacron 3 (1964) de Daniel Francis Galouve.

La tradición antigua de la filosofía Oriental enseña un principio fundamental, según el cual, el mundo en que vivimos es “Maya”, una ilusión, una mentira. Lo mismo dice también Platón en su obra “La Republica”, concretamente al exponer el mito de la caverna. Este mito describe, en cierto modo, cómo el ser humano vive su propia realidad y se engaña a sí mismo (no intencionadamente). En este caso, el hombre no es capaz de ver más allá de lo que está “delante de sus propios ojos”, por lo que la realidad en la que vive o cree vivir, no es en absoluto real. Sólo aquel que es capaz de deshacerse de todo lo que le impide ver más allá, el que es capaz de ver no sólo lo que está a su alrededor, sino lo que rodea a los demás, lo que es el mundo, no sólo su mundo, esa persona se percatará de cómo es la auténtica realidad.

Todo está cubierto por un velo, y por eso el hombre nunca va a captar la Verdad. Una de las razones que le impiden acercarse a este conocimiento de la verdad, es el hecho de que el hombre puede captar solo algunas dimensiones concretas, puesto que no ha desarrollado aún otros sentidos, más sutiles, para que pueda captar otras dimensiones. Además, la propia mente, a la cual el hombre rinde culto actualmente, no puede llevarlo a la verdad; se necesitan más herramientas.

Por otra parte, sin embargo, la ciencia contemporánea ha llegado muy cerca de lo que llamamos “sorpresa” o “temor” frente a lo que hay ahí “fuera” o “dentro” (depende del punto de vista). Un ejemplo es la relación entre microcosmos y macrocosmos. ¿Por qué la función de un átomo (con su núcleo y los electrones) se parece tanto a la función de un sistema solar? Muchas preguntas nacen por comparaciones parecidas. “¿Cuál es al fin el ser humano? ¿Para qué ha nacido? ¿Quién lo creó? ¿Quién creó a Dios?”

En esta película, las respuestas se presentan de una manera muy extraña y más allá de las convenciones religiosas que normalmente conocemos. Las respuestas se relacionan con nuestra época, y por lo tanto con la tecnología. Cada persona tiene sus limitaciones, de modo que vive limitado, encarcelado, dentro de un mundo cuyos límites no puede superar. Estos límites son determinados por su propio creador.

En todos los mitos, el Héroe es el que logra romper los límites. Lo mismo ocurre en esta película. Cuando el héroe rompe los límites y come el fruto del “árbol de la sabiduría”, se sorprende por la verdad y se decepciona por la pequeñez de su existencia. No es casual que lo primero que se escucha en la película es “ignorancia es felicidad”. Dentro de su sorpresa, el héroe descubre que todo lo que consideraba como existencia, no es nada más que una ilusión. Se pregunta por qué no lo había entendido antes, cómo podía creer en una mentira tan grande, y su creador le contesta: “no te había programado para que hubieras conocido la verdad”.

Sin embargo, al final de la película, el mensaje es muy optimista. Lo que va a salvar a este Ser humano y le dará una dimensión real, es superarse a sí mismo. Volver conscientemente a la fuente de su creación, a los principio, a los arquetipos de Platón, y unirse, identificarse con estos arquetipos. Nuestro héroe, cómo el héroe que había subido al Olimpo -Hércules- deja a la gente creer que “ignorancia es felicidad” hasta que nace también en ellos la duda de que esto no es verdad…