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Aristóteles

Busto de Aristóteles. Mármol, Copia romana de un bronce griego de Lisippos del 330 a.C.; el manto de alabastro es un añadido moderno.

Debemos al historiador griego Diógenes Laercio los principales datos sobre la vida y obras de este filósofo que junto con Sócrates y Platón simbolizan la búsqueda filosófica occidental. Nace en 384 a.C. en Estagira (Tracia) y muere en Calcis (Eubea) en 322 a.C.

Su padre, Nicómaco, era el médico de Amintas, padre de Filipo y rey de Macedonia. A la muerte de Nicómaco se hace cargo del joven Aristóteles su pariente Proxeno, hasta que, a los 17 años, se traslada a Atenas para ingresar como discípulo en la Academia de Platón, donde permanece durante veinte años, hasta la muerte de su maestro en 347. Se ha conjeturado si su marcha estuvo relacionada con el hecho de no haber sido elegido como sucesor al frente de la escuela filosófica, o bien se debió a la guerra entre macedonios y atenienses, iniciada en 359.

El caso es que, junto con Jenócrates, se traslada a Assos y allí se casa con Pitia, hija adoptiva de Hermias el tirano, con la cual tuvo una hija, Pitia. Merece subrayar el hecho de que Hermias, además de suegro, podría calificarse como discípulo del filósofo, así lo indican sus últimas palabras al caer en poder de los persas y ser torturado: “Decid a mis amigos y colegas que no me he doblegado ni he hecho nada indigno de la filosofía”. A la muerte de su esposa Pitia, convive con Herpilis, de quien tuvo a Nicómaco, su hijo y destinatario de un tratado sobre ética. Durante su estancia en Assos forma escuela con algunos condiscípulos de la academia, entre ellos Teofrasto, que sería su sucesor en el Liceo. De allí se traslada a Mitilene, ciudad de la isla de Lesbos hasta que Filipo le llama a la corte macedonia en 343 para hacerse cargo de la educación de su hijo Alejandro, que a la sazón contaba trece años de edad. A los cuarenta y nueve años de edad, en 335, Aristóteles regresa a Atenas y es entonces cuando funda un nuevo centro de enseñanza, el Liceo, pero la muerte de Alejandro exacerba el odio ateniense hacia los macedonios y es amenazado con un proceso por impiedad, por lo que se ve obligado a refugiarse en Calcis, donde muere, a los sesenta y dos años de edad.

Obras

Andrónico de Rodas fue el recopilador de la obra de Aristóteles, en el siglo primero a.C. Su ingente producción intelectual se divide en dos grandes grupos:

  1. Escritos de divulgación, destinados al público en general y publicados por el mismo Aristóteles. Se trata de una serie de unos 20 diálogos, de cuyo contenido tenemos conocimiento mediante citas recogidas en otros textos. Sus títulos evocan el carácter platónico de estos trabajos, tales como: “Acerca de la Justicia”; “Acerca del Bien”; “Acerca del Buen linaje”; “Acerca de la Plegaria”; “Acerca de las Ideas”; “Acerca de la Filosofía”….
  2. Tratados filosóficos y científicos, es el “corpus Aristotelicum”, ordenado por Andrónico de Rodas en: Tratados de Lógica; de Física; de Biología; de Metafísica, o Filosofía primera; de ética; Política; Retórica y Poética.

El pensamiento de Aristóteles

Podemos resumir algunas de sus aseveraciones más conocidas:

  • La lógica es mero Organon, es decir, instrumento del conocer.
  • La ciencia es apodíctica, es decir demostrativa.

El ser es y no puede no ser. El ser necesario es el substancial. La substancia es el ser del ser. Es por un lado la esencia del ser y por otro el ser de la esencia. (la substancia manifiesta el aspecto más íntimo del pensamiento aristotélico y al mismo tiempo su más secreta relación con el pensamiento de Platón), que había hecho del bien el principio del ser. Es el sustrato, aquello de lo que cualquier otra cosa se predica, pero que no puede ser predicado de ninguna. Como esencia del ser la substancia es el logos, el concepto, el principio de inteligibilidad del ser mismo. La sustancia no puede existir separadamente de aquello cuya substancia es. La substancia no puede equipararse con la idea platónica, que niega Aristóteles.

Todo llega ser algo, que es la forma o punto de partida del devenir y deviene a partir de algo, que es su potencia, la materia.

Trata el tema de la filosofía en el Protréptico (discurso exhortatorio): “Se debe filosofar o no se debe filosofar; pero para decidir no filosofar es también siempre necesario filosofar; así, pues en cualquier caso filosofar es necesario”.

Al principio el conocimiento es sabiduría moral o frónesis, pero más tarde separará nítidamente el conocimiento de la vida moral, es decir el pensamiento y la acción. La felicidad filosófica corresponde a la theoría, un género de vida consagrada por completo a la actividad del espíritu. Hay que distinguir entre teorético y teórico. La segunda acepción de origen griego no tiene nada que ver con la filosofía y se refiere a las procesiones. Aristóteles usa la palabra teorético para designar el modo de conocimiento que tiene como fin el saber por el saber y no un fin exterior a él mismo y también designa el modo de vida que consiste en consagrarse a ese tipo de conocimiento, es decir la virtud intelectual, a la que se subordina la virtud moral.

Ser hombre es sobrepasar de alguna manera la humanidad en nosotros, pues el acceso a la vida contemplativa está más allá de la condición humana y el hombre accede a ella “en tanto que hay en él algo de divino”. Aristóteles mantiene tal objetivo como un mero deseo, pues no explica cómo acceder a esa vía.

Divergencias Platón – Aristóteles

La principal crítica de Aristóteles a Platón se refiere precisamente a la doctrina de las ideas y su separación del mundo sensible. El exceso de abstracción de Platón le lleva a Aristóteles a negar las ideas.

  1. La importancia del mundo sensible: Conocer es captar la substancia de las cosas, el deseo de saber se manifiesta primero por el placer de la percepción sensible, de ahí se remontan las causas hasta llegar a la causa primera, del ser en cuanto ser. la ciencia es el conocimiento racional. Platón negaba el valor a la ciencia fundada sobre la opinión y la percepción de las cosas sensibles.
  2. La dualidad forma-materia y potencia-acto (la materia desea la forma) la causa substancial es la forma, que es la cosa en sí. La forma aristotélica parece coincidir con la idea platónica, pero se diferencian en que la forma no es universal, y además es inmanente al mundo sensible, mientras que la idea platónica es trascendente al mundo sensible. El que la forma sea inmanente al mundo sensible implica que no puede existir sin el mundo visible y concreto. Pues Forma y Materia son una misma cosa una en acto la otra en potencia. En la teoría del conocimiento pensamiento y sensación van a quedar como inseparables, de tal manera que la sensación sería fundamento de todo conocimiento. Solo se piensa a través de imágenes y estas se basan en las sensaciones, por lo tanto sensación e imaginación están en el mismo plano.

    Suele considerarse que el mérito de Aristóteles fue haber recuperado la unión entre mundo sensible e ideas, pero a costa de que la idea exista solamente realizada en la materia. Pero desplaza la ruptura de Parménides y Platón entre el mundo inteligible y el sensible y la sitúa en el mundo sensible, al separar materia y forma.

  3. La Forma es la Naturaleza y el Alma, la Naturaleza es principio del movimiento que dirige a los seres hacia su perfección. En el concepto de la Naturaleza hay coincidencia entre Aristóteles y Platón pues se reconoce el principio absoluto de armonía y de perfección que dirige todas las cosas hacia un fin y da sentido al Universo.
  4. Dios es pensamiento. La causa primera inmóvil, del movimiento universal, separado del mundo. El Dios de Aristóteles es pensamiento que se piensa a sí mismo, alejado del mundo absolutamente trascendente.
  5. El alma humana es inseparable del cuerpo, mientras que para Platón el alma está encerrada en el cuerpo como en una prisión. Sin embargo Aristóteles distingue el alma en sí o Intelecto o nous, pensamiento puro y los estados comunes al alma y cuerpo. El intelecto subsiste tras la muerte, en lo cual coincide con Platón, aunque difiere al no reconocer la reencarnación. El intelecto pasivo (tabula rasa) que recibe las formas sensibles muere con el cuerpo, mientras que el activo, que hace pasar las formas inteligibles de la potencia al acto, subsiste gracias a su esencia inmortal. Pero el Intelecto es impersonal y único para toda la especie humana.

El inmanentismo de Aristóteles en el conocimiento del alma solo reconoce la trascendencia del intelecto, sin llegar a resolver el problema del dualismo.

Mientras para Platón los filósofos tienen el deber de emplear tiempo en la vida política, para Aristóteles los filósofos deben limitarse a enseñar a los políticos, sin compromisos políticos de dirigir a otros.

Créditos de las imágenes: Jastrow

JC del Río

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