Título original |
Unbreakable |
Año |
2000 |
Duración |
107 min. |
Director |
M. Night Shyamalan |
Guión |
M. Night Shyamalan |
Fotografía |
Eduardo Serra |
Reparto |
Bruce Willis, Samuel L. Jackson, Robin Wright, Spencer Treat Clark, Charlayne Woodard, Eamonn Walker, Leslie Stefanson, Johnny Hiram Jamison, M. Night Shyamalan, Julia Yorks, James Handy |
Productora |
Touchstone Pictures |
Sin embargo su última obra no desmerece en absoluto a la anterior. En El protegido, Shyamalan se ha apoyado sobre los mismos pilares que hicieron de su anterior película una obra maestra. Bruce Willis repite de nuevo como protagonista y la relación con un niño de mirada penetrante, en este caso su hijo en la ficción interpretado por Spencer Treat Clark, vuelven a ser una pieza imprescindible del argumento. Repite el compositor de la música, James Newton Howard, que una vez más es capaz de llenar la pantalla con un ambiente inquietante y sobrecogedor, que te tiene atento a todo lo que vaya a suceder durante el desarrollo de la historia, con un interés que va creciendo progresivamente. Y finalmente el desenlace, que hace girar la película trescientos sesenta grados en una pirueta argumental verdaderamente magistral. Y aunque casi todo se repite, nadie podría decirle a Shyamalan que se repite. Por el contrario, todo resulta más preclaro y novedoso que nunca, encumbrando a su autor de nuevo como uno de los más inquietantes autores del cine moderno.
El universo de los cómics, los superhéroes y los maxivillanos, es el telón de fondo para esta aparición en pantalla de una especie de superhéroe casero verdaderamente singular, interpretado por Willis, que tiene como contraparte a su descubridor y principal artífice, un enfermizo y débil coleccionista de cómics, con el que Samuel L. Jackson borda su papel. Jackson está convencido de que los superpoderes de los personajes de ficción de sus cómics han de estar inspirados o tal vez sean una exageración imaginaria de verdaderas capacidades sobrehumanas que el hombre esconde dentro de sí mismo sin ser consciente de ello, lo que le ha llevado a una búsqueda asombrosa a lo largo de toda su vida.
El punto de partida de la historia es un accidente ferroviario en el que mueren cientos de personas y del que Bruce Willis es el único y milagrosamente indemne superviviente. A partir de aquí se va entretejiendo una inquietante historia de personajes cálidos y humanos que ven como sus vidas sufren las consecuencias de un enfrentamiento brutal con una realidad o más bien una irrealidad que no habrían podido sospechar nunca.
Un trabajo sobrecogedor y elegante, que construye con perfección la atmósfera adecuada para que podamos penetrar en un universo paralelo, que deja al descubierto el lado oscuro de las cosas que la realidad cotidiana suele ocultar. Un verdadero ejercicio de imaginación y de maestría detrás de la cámara.
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