El tirano Dionisio gustaba rodearse de filósofos, a los cuales obsequiaba luego con algún regalo que otro.
En cierta ocasión, Arístipo aceptó de él una suma de dinero mientras que Platón se conformó con un libro. Como alguien se lo recriminó, Arístipo se limitó a comentar:
-Yo necesito dinero, Platón necesita libros.
Créditos de las imágenes: Theornamentalist
Una vez, un renombrado filósofo y moralista viajaba por la aldea de Nasrudin cuando le…
El simbolismo de la isla es complejo y encierra distintos significados. Según C. G. Jung,…
Acceso a revistas digitales de descarga gratuita, promocionadas por la Organización Nueva Acrópolis en Costa…
¿Es posible recuperar al ser humano hacia una vida más virtuosa y propiamente humana? Para…
El movimiento es una de las grandes Leyes de la Naturaleza. Sin embargo, y por…
En el idioma en que escribo se les llama OVNIS –objetos voladores no identificados–, en…