Una noche en que Sócrates y Jantipa tenían más invitados a cenar que comida para ofrecer, Jantipa se lamentaba ante su marido:
Sócrates intentó tranquilizarla diciéndole:
-No te preocupes, mujer. Si nuestros invitados son frugales tendrán suficiente comida y si son tragones nada bastará para saciarles.
Créditos de las imágenes: Facilísimo
Una vez, un renombrado filósofo y moralista viajaba por la aldea de Nasrudin cuando le…
El simbolismo de la isla es complejo y encierra distintos significados. Según C. G. Jung,…
Acceso a revistas digitales de descarga gratuita, promocionadas por la Organización Nueva Acrópolis en Costa…
¿Es posible recuperar al ser humano hacia una vida más virtuosa y propiamente humana? Para…
El movimiento es una de las grandes Leyes de la Naturaleza. Sin embargo, y por…
En el idioma en que escribo se les llama OVNIS –objetos voladores no identificados–, en…