En una ocasión, Arístipo intercedía ante Dionisio por un amigo, y al no obtener lo que pedía, se arrojó a sus pies. Como algunos después le echaran en cara tal actitud, Arístipo, sabedor de que los tiranos solo escuchan a los sumisos, se justificó diciendo:
-¿Y qué queréis que haga si Dionisio tiene los oídos en los pies?
Créditos de las imágenes: Pasicles
Acceso a revistas digitales de descarga gratuita, promocionadas por la Organización Nueva Acrópolis en Costa…
Aunque comúnmente se identifica el movimiento renacentista con una recuperación de los valores de la…
Sin desmerecer la buena voluntad de todos los que, de un modo u otro, intentan…
- “¡Profe, he visto al Diablo!” Así me grita, con el terror marcado en el…
En las biografías de Sócrates se comenta que Xantipa, su mujer, tenía mal carácter y…
El ojo es símbolo tanto de ver como del origen de la luz que permite…