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Un enigma llamado mano

Sí… la mano esconde un misterio. Esta mano que utilizamos cada día para el trabajo… La mano, que nos es tan familiar que casi la olvidamos, esconde muchos secretos dentro de nuestro inconsciente. Tras su aparente simpleza, existe una maravillosa perfección, de forma que refleja el universo y a la vez sintoniza con él.

Impresiones en la Cuevas de las Manos sobre el Río Pinturas en la provincia de Santa Cruz, Argentina.

La mano, en las civilizaciones antiguas, se relacionaba con el hombre arquetípico como expresión y símbolo del intelecto y de la espiritualidad en la creación física. En muchas lenguas del mundo, incluso hoy día, existe una clara vinculación entre las palabras “mano”, “hombre”, “mente” (manus, man, manas), que presentan una extraña y a la vez secreta relación de armonía proporcionada entre cosas tan diferentes. Sin embargo, el objetivo de este artículo no son las relaciones filológicas sino las geométrico-astronómicas, como un primer acercamiento al conocimiento del ser humano como espejo del universo (microcosmos).

Esta mano que acaricia o pega, que toca la guitarra o corta madera, encierra dentro de sí la clave geométrica de una armonía que une los sistemas, dentro del juego de los números, del ritmo y de la forma, del círculo y del cuadrado… como el trino esotérico de las “Aves”. (1)

No analizaremos aquí los secretos quirománticos que muestran el curso dinámico de la evolución del ser humano dentro del pasado-historia en relación con el futuro-meta (el karma de la filosofía esotérica). Estos son los misterios de la vida, de la línea individual, de alguna manera.
Nuestro análisis se hará sobre el esquema de la mano como expresión de proporciones concretas del ser humano (microcosmos) en relación con el universo (macrocosmos). La mano es como un espejo del universo, en sus dimensiones proporcionales y en su estructura geométrico-formal.
Este hecho lo habían captado las antiguas civilizaciones, así como los hombres ancestrales de las cavernas de la época paleolítica, que acostumbraban a dibujar en las paredes de sus templos-cuevas, manos, así como formas diversas y simbólicas, cuya conformación, lugares y orientaciones eran acordes a cierto sentido oculto.

Con la mano abierta se forma por el dedo pequeño y el dedo gordo un ángulo de 90 grados, que divide el círculo (órbita del Sol) en cuatro cuartos. Los otros tres dedos configuran las esquinas del llamado “Pie de Oca” (2), que contiene las pautas simbólicas para la observación de la órbita solar en su justo meridiano.

El dedo corazón muestra el ángulo con el horizonte, la situación del Sol en el cénit en los equinoccios de primavera y de otoño. El anular muestra el cénit en el solsticio de verano, y el índice, el solsticio de invierno, es decir, en los puntos críticos del cambio de las estaciones del año.

Pero si se vuelve la mano y se la mira desde la palma, los ángulos de los dedos toman otra posición de orientación y apuntan a determinadas posiciones de la Luna en su órbita. Por esta razón, en el esoterismo, el dorso se relaciona con el Sol (energía positiva de emisor) y la palma con la Luna (energía negativa, pasiva de receptor). El ángulo completo del Pie de Oca, que se forma con el índice y con el anular, es de 40 grados y permite la división del círculo en 9 partes.

Por otra parte, la mano se acerca con mucho al secreto de la cuadratura del círculo, el cual, como veremos ahora, demuestra aún más lo que hemos mantenido hasta ahora, es decir, que la mano es una tremenda herramienta geométrica del ser humano que, si tuviera la adecuada percepción y comprensión, podría aprender mucho de las normas astronómicas y geométricas de la naturaleza. La mano es, por tanto, un auténtico espejo de las proporciones de la naturaleza: el dedo meñique señala un círculo-unidad. El anular señala el cuadrado que comprende este círculo. El dedo pulgar señala otro cuadrado, cuya área es igual al del círculo. La aproximación es extraordinaria y no es posible que sea casual.

En verdad, la mano contiene enormes misterios esotéricos de las proporciones universales. El esquema y la estructura formal de la mano es otro ejemplo más del reflejo del esquema y de la estructura de nuestro universo en el ser humano, en la clave geométrico-astronómica de interpretación de acuerdo con la Ley de los Números de la concepción esotérica. Quizá la mano sea algo más que una mano… quizás sea incluso una página desconocida del Libro de nuestro auténtico ser.

 

Notas

1) “Aves” es el nombre esotérico que recibían los “Hermanos-Iniciados” en la antigua Europa, los cuales conocían el Lenguaje de la Sabiduría, el lenguaje común y físico de los símbolos.

2) Antiquísima unidad de medida que se encuentra desde mucho antes de la época de los druidas en Europa, grabada en los menhires y los dólmenes (estructuras monolíticas) de época neolítica y se transmitió por medio del esoterismo hasta el Medievo con las órdenes de los “Arquitectos”, de los constructores de las catedrales de estilo gótico, que ocultan enormes secretos de carácter astrológico, matemático, alquímico y psicológico.

Jorge Alvarado Planas

Créditos de las imágenes: Marianocecowski

JC del Río

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