Es la fusión del azul, ligado al espacio o Materia Primordial, y el amarillo, el color de la luz, del Espíritu que la fecunda para generar una nueva Creación.
Sus correspondencias son la esperanza, la paz, la naturaleza manifestada, el equilibrio, la salud y la plenitud terrestre. Su elemento es el agua, sus planetas Venus y Júpiter; la esmeralda entre las piedras preciosas y el pino entre todas las plantas.
Es un color pasivo, femenino, tranquilo y regenerador, que infunde armonía y serenidad, ayudando a crecer y a desarrollarse interiormente, ya que es el gran armonizador de los opuestos.
Sus aspectos negativos son la caída en la materia, la muerte y la degeneración, pero estos son, precisamente, los que provocan la esperanza de un nuevo despertar, como vimos al principio. De ahí el simbolismo del Osiris verde de los egipcios, o del dios creador Ptah, el espíritu activo o inteligencia divina, que también representaban con la cara de color verde, por ser a la vez creador y regenerador espiritual del hombre.
En Grecia, el verde era el color ligado al santuario de Esculapio, el dios de la Medicina. Perséfone, la hija de Deméter, está también relacionada con el verde como la esperanza de renacimiento de la Naturaleza, al volver del Hades en cada ciclo anual junto a su madre, trayendo la Primavera de nuevo a la Tierra.
El Árbol de la Vida, representado en el árbol navideño, el pino o el ciprés, se manifiestan eternamente verdes.
El Islam pone en el verde de su bandera el símbolo de salvación, y la liturgia cristiana viste de verde a sus oficiantes durante el tiempo de Epifanía, por lo que implica de esperanza al haber nacido un nuevo salvador para el mundo.
El verde representa también la necesidad del “regresus ad uterum” (el retorno al inicio de la vida). El hombre muere y renace un poco todos los días, se está reciclando permanentemente en su camino de evolución continua y en el verde está el secreto de los secretos, el más famoso de las mitologías antiguas recogidas en el medievo: el Santo Grial que, según las leyendas del ciclo artúrico, fue esculpido en una piedra esmeralda al igual que el Kibalyon, la Tabla Esmeralda de los egipcios, regalo del dios Thot a los hombres.
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Muy interedante y muy bien bueno esta bien sus informaciones ppr saber grs