Filósofos

Anécdotas filosóficas: la sabiduría del Inca Pachacutec

Cuentan las crónicas que el Inca Pachacutec era un rey muy sabio, que gobernaba a su pueblo con justicia. En cierta ocasión encontró un animal que había caído en una ciénaga, de la que con denodados esfuerzos intentaba salir. El inca, que era un hombre piadoso para con el sufrimiento ajeno, detuvo su comitiva, se inclinó ante el animal en apuros y le ofreció su brazo para que pudiera agarrarse, pero en lugar de hacerlo, tras mostrar sus afilados dientes, mordió ferozmente el brazo del inca, que intentaba salvarle. La reacción del animal indignó a los cortesanos y rápidamente, se aprestaron a matarlo allí mismo. Pero la sabiduría de Pachacutec supo ver más allá de las apariencias y detuvo aquellas manos vengadoras de sus súbditos. “No lo hagáis – dijo mientras alguien curaba sus heridas -, pues ha reaccionado igual que los pueblos que están sometidos a la tiranía y la explotación, acostumbrados a recibir nada más que injusticias y castigos de quienes los gobiernan, no saben reconocer al principio el trato justo que aliviará sus males. Pero con un poco de paciencia y perseverancia hay que mostrarles que les ha llegado la hora de la liberación”.

Así fue en efecto, pues el Inca, con exquisita delicadeza, acarició la cabeza del animal, le habló con dulzura y, poco a poco, este salió finalmente de la ciénaga. Y cuentan las crónicas que desde entonces fue el compañero fiel de aquél rey legendario, y jamás se apartó de su servicio. Lo que no nos llegan a describir con exactitud es si quienes presenciaron la escena extrajeron de lo vivido la lección que su rey acababa de brindarles, y si eliminaron en sus conductas el abuso de poder, el afán por el lucro a costa de los demás y otros vicios frecuentes en los gobernantes, pero eso es ya otra historia.

Créditos de las imágenes: Maximiliano Perea

JC del Río

Ver comentarios

  • Si uno lee los COmentarios Reales del inc a Garcilazo, en la cnquista de los valles costeños del chinchaysuyo, se ve un aexcelente diplomacia, una paciencia de parte de Pachacutec en esta tarea.
    Si hubiera sido un salvaje, en menos de tres meses hubiera conquistado a alos Chinchas, pero esto le tomo cerca de dos años, para que sin neceidada e batallas de, muertes se cnsga el objetivo.

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