Se cuenta esta anécdota, quizás apócrifa, en la que participan los representantes de las escuelas cínica y cirenaica, para mostrar los distintos puntos de vista de ambas.
En una ocasión, Diógenes de Sinope se encontraba lavando unas hierbas, y dijo a Aristipo: “Si hubieras aprendido a prepararte esta comida, no mendigarías en los palacios de los tiranos”.
A lo que Aristipo respondió: “Y si tú supieras tratar con los hombres, no estarías lavando hierbas”.
Para Aristipo es mejor ser mendigo que ignorante, pues aquel está falto de dinero, pero este último, de humanidad.
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