Cierto día, fue a conocerlo Alejandro Magno, que lo admiraba, y lo encontró meditando al sol.
“Soy Alejandro Magno”, le dijo, “y estaré encantado de facilitarte cualquier cosa que desees”.
“Estupendo”, respondió el filósofo, “si quieres hacer algo por mí, entonces apártate, que me tapas el sol”.
Créditos de las imágenes: Singinglemon
Los grandes mensajes que nos han dejado los maestros de sabiduría de todas las épocas…
Zilu, discípulo de Confucio, le preguntó en una ocasión: "Cuándo debo poner en práctica las…
El nudo es un símbolo muy complejo que se puede interpretar de muy diversas maneras.…
Acceso a revistas digitales de descarga gratuita, promocionadas por la Organización Nueva Acrópolis en Costa…
La humanidad puede considerarse una, como especie viviente, y a la vez, diversa en sus…