En el más amplio sentido primario, la espada es un símbolo de libertad y de fuerza. Representa el poder, la protección, la autoridad, la realeza, el liderazgo, la justicia, la fortaleza y la vigilancia. Es el principio masculino por excelencia, símbolo del valor activo. Asociada con el eje de la balanza, se relaciona también con la justicia, que separa el bien del mal y hiere al culpable.
Su poderío posee un doble aspecto: el constructor, que establece y mantiene la paz y la justicia, y el destructor, aplicado a la ignorancia y la maleficencia o costumbre habitual de hacer el mal. Asociada al fuego y a la llama por su luz y resplandor, representa la idea de purificación. La espada de oro, la Crysaor de la mitología griega, es el símbolo de la suprema espiritualización.
La espada de doble filo representa las corrientes duales, opuestas en apariencia, pero complementarias y constitutivas de la unidad. Al estar compuesta esencialmente de hoja y guarda, que se ajustan en forma de cruz, la espada es un símbolo de conjunción, de coherencia interna y de unión fecunda. Para los budistas es discernimiento, para los chinos es agudeza penetrante. Para los griegos, la Espada de Damocles es el peligro inminente que amenaza en medio de la prosperidad, mientras que para los japoneses es símbolo de valor y fortaleza.
Entre muchos pueblos primitivos, la espada recibía en la antigüedad una veneración especial. Los escitas sacrificaban anualmente varios caballos a una hoja de espada, a la que conceptuaban como representación del dios de la guerra, y los romanos creían que el hierro, por su relación con Marte, ahuyentaba a los espíritus malignos. En los antiguos relatos chinos, los fundadores de ciudades portaban espadas, y, aún hoy, como símbolo religioso, forma parte del traje ceremonial de los obispos orientales.
En las culturas megalíticas, según Schneider, la espada es la contraparte del huso, símbolo femenino de la continuidad de la vida; ambos simbolizan respectivamente la muerte y la fecundidad. En la Edad Media se consideraba preferentemente símbolo del espíritu o de la palabra de Dios, recibiendo un nombre como si se tratara de un ser vivo (Excalibur, Tizona, Nothung…). La espada era un instrumento reservado al caballero, defensor de las fuerzas de la luz contra las tinieblas.
La espada puede tener igualmente un aspecto nocturno, ilusorio, de soluciones aparentes y efímeras como le ocurrió a Alejandro con el nudo gordiano: al cortarlo de un tajo con su espada, se hace dueño de una parte de Asia, pero la pierde al instante, cortar no es resolver. La voluntad de un resultado inmediato no debe prevalecer sobre la sabiduría, cuyos resultados son siempre duraderos.
Créditos de las imágenes: Ricardo Cruz
Acceso a revistas digitales de descarga gratuita, promocionadas por la Organización Nueva Acrópolis en Costa…
Una de las reflexiones que podemos hacernos es de si sirve de algo la Filosofía…
Una vez más llegamos al mes de diciembre, tan cargado de contenido psicológico porque nos…
A veces, cuando uno profundiza en la Historia, parece como si hubiese un gran director…
Un día, un hombre analfabeto se acercó al Mulá Nasrudín con una carta que había…
El simbolismo de la llave es doble por su papel de apertura y de cierre.…
Ver comentarios
Lo amé !! ❤️❤️ Me voy a tatuar una espada ??
Excelente
Sencillo y esclarecedor todo lo expuesto respecto de la espada, esa arma ritualista tan utilizada en todos los círculos y ordenes esotéricas. Mis sinceros agradecimientos.