El brazo es el símbolo de la fuerza, del poder, del socorro acordado y de la protección. Simboliza también el instrumento de la justicia: el brazo secular es el que inflige el castigo a los condenados. Por eso el brazo es uno de los medios reales más efectivos como impulsión, equilibrio, distribución o mano justiciera. Según el pseudo Dionisio Areopagita, “los hombros, el brazo y las manos representan el poder de hacer, obrar y operar”.
Es bien sabido que, tanto en las creencias populares, como en la mayoría de las religiones, el lado derecho es considerado como el mejor y el que trae la buena suerte. De ahí que desde la antigüedad, el brazo derecho –que suele ser el que porta las armas– haya sido considerado como símbolo de la fuerza, del poderío y del éxito. El hecho de ocupar el puesto “a la derecha del Padre”, ya sea el gobernante o el anfitrión, se ha considerado siempre como un puesto de honor.
Brahma, el dios del panteón hindú que preside las actividades de la manifestación, se muestra con cuatro rostros y cuatro brazos para significar su actividad constante, todopoderosa y omnipresente; por el mismo motivo Ganesha, el dios de la sabiduría y la inteligencia con cabeza de elefante, se representa también con cuatro brazos, e igualmente el Shiva danzante está rodeado de múltiples brazos.
Entre los bambara, una tribu africana originaria de Malí, el brazo –y sobre todo el antebrazo con la mano extendida–, es considerado como la prolongación del espíritu. Para ellos el codo, fuente de la acción, es de esencia divina y, por otra parte, la boca, por la cual se expresa la inteligencia a través del lenguaje, es el órgano más humano. Debido a esto, el gesto elemental, por el cual nos llevamos el alimento a la boca, simboliza el papel del espíritu mediador entre Dios y los hombres; de ahí la importancia simbólica del codo, que mide la distancia que separa a los seres humanos de la divinidad. Por eso “la boca no puede llegar jamás a coger el codo”, dice la tradición de los bambara, corroborando esta creencia.
En la liturgia cristiana, los brazos levantados simbolizan la imploración de la gracia de Dios y la predisposición de apertura del alma a los beneficios de la divinidad. Este es un gesto que pertenece a una simbología general, en la que los brazos levantados expresan siempre un estado pasivo, receptivo; es la acción corporal cediendo el sitio a la participación espiritual. La apertura del alma condiciona y propicia la recepción de las fuerzas cósmicas: es el cielo del hombre participando del cielo de Uranos.
Finalmente, los brazos levantados de las personas que se rinden, ya sean prisioneros de guerra o criminales convictos, son una medida de precaución impuesta por el vencedor para evitar que puedan sacar y utilizar armas escondidas, significando así un acto de sumisión o también de pedir clemencia entregándose el vencido a la voluntad del vencedor.
Créditos de las imágenes: engin akyurt
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