Para el que está enamorado
no existe musulmán, judío ni cristiano.
Para el que está enamorado,
no existe la fe ni la incredulidad.
Para el que está enamorado,
no existe mente, corazón ni alma.
¿Por qué escuchar a quienes piensan de otro modo?
Si no están enamorados,
no tienen ojos para poder ver.
Créditos de las imágenes: Bellavista1957
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