¿Dónde estarán los siglos, dónde el sueño
de espadas que los tártaros soñaron,
dónde los fuertes muros que allanaron,
dónde el Árbol de Adán y el otro Leño?
El presente está solo. La memoria
erige el tiempo. Sucesión y engaño
es la rutina del reloj. El año
no es menos vano que la vana historia.
Entre el alba y la noche hay un abismo
de agonías, de luces, de cuidados;
el rostro que se mira en los gastados
espejos de la noche no es el mismo.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
otro Cielo no esperes, ni otro Infierno.
Créditos de las imágenes: Fma12
Acceso a revistas digitales de descarga gratuita, promocionadas por la Organización Nueva Acrópolis en Costa…
Aunque comúnmente se identifica el movimiento renacentista con una recuperación de los valores de la…
Sin desmerecer la buena voluntad de todos los que, de un modo u otro, intentan…
- “¡Profe, he visto al Diablo!” Así me grita, con el terror marcado en el…
En las biografías de Sócrates se comenta que Xantipa, su mujer, tenía mal carácter y…
El ojo es símbolo tanto de ver como del origen de la luz que permite…