“El hombre que no se contenta con poco, se contenta con nada”.
Sibarita
La necesidad o el deseo de volver a un modo de vida sencillo y sobrio, consumiendo menos energía y cosas innecesarias, es cada vez más visible entre nuestros contemporáneos, y no solo entre los activistas medioambientales. Lo que es menos conocido es que esta visión de una vida sobria siempre ha tenido representantes ilustres desde la Antigüedad hasta nuestros días.
En un mundo tan sofisticado como el nuestro, querer vivir con sencillez puede ser ambicioso y no tan fácil como parece, si no queremos caer en posturas extremas, por ejemplo la supervivencia ante un posible colapso.
Este deseo de una vida sencilla no data de ayer, sino que está anclado en la reflexión filosófica, desde la Antigüedad.
En este artículo, mencionaré al filósofo griego Epicuro. El interés de este viaje en el tiempo permite comprender la diversidad de motivaciones de este cambio de estilo de vida a lo largo de los siglos.
Si en la Antigüedad la motivación para llevar un estilo de vida sobrio estaba principalmente ligada a la ética personal y al deseo de superación moral, durante los siglos XVIII y XIX la motivación se construye como reacción a las desigualdades sociales y las consecuencias dañinas de la revolución industrial. Y en nuestro tiempo se trata de pensar en un futuro más humano, un futuro posible frente a los límites que han sido felizmente transgredidos en nuestro planeta durante los siglos pasados.
Epicuro (341-270 a. C.), filósofo griego, fundador de una de las escuelas filosóficas más famosas, la del Jardín, asignó a la filosofía un objetivo esencial, el de asegurar la felicidad humana. Es desde esta perspectiva que propone un nuevo tipo de vida, una forma diferente de concebir el universo y el hombre.
Para Epicuro, el método para alcanzar este placer estable consiste en un ascetismo de los deseos. Tengamos en cuenta que la palabra en griego ascesis, que precisamente significa “ejercicio”. La palabra ascetismo evoca hoy para nosotros algo difícil, doloroso, sinónimo de privación, mientras que la palabra griega se refiere más al hecho de ejercitar, de practicar una disciplina, de entrenar.
Si los hombres son infelices es porque son atormentados por deseos “inmensos y huecos”, la riqueza, la lujuria, el poder. El ascetismo epicúreo de los deseos se basa sobre la distinción entre tres tipos de deseos:
Epicuro propone primero discernir el poder de estos diferentes deseos en nuestra vida cotidiana, para luego dedicar el máximo de nuestras energías a la satisfacción de los deseos naturales y necesarios. Es una forma de vida que asegura las necesidades materiales vitales, dedicarse lo más posible a la filosofía y a las relaciones humanas basadas en la amistad.
Los demás deseos insaciables, por ser solo cuantitativos, deben ser observados y reducidos gradualmente hasta que ya no existan. La libertad interior y un comienzo de sabiduría tienen este precio.
“La sobriedad, que enseña a disfrutar de lo poco, es un bien inestimable.” Fragmentos.
“Cuando decimos que los placeres de los ricos son los mayores, no estamos hablando de placeres naturales, sino de placeres vanos y superfluos.” Fragmentos.
“No debes querer reunir todas las riquezas, todos los honores y todas las dignidades para ser feliz, sino contentarte con poco y no ser esclavo de tus deseos.” Carta a Meneceo.
“La riqueza natural es limitada y fácil de obtener; pero la riqueza de los vanos deseos se extiende hasta el infinito.” Máxima 15.
“No estar contento con lo que tienes es perseguir lo inútil y no disfrutar nunca del presente.” Máxima 69.
Epicuro no es el único que defiende una vida sobria y sencilla. Todos los filósofos antiguos, ya fueran platónicos, aristotélicos, estoicos o cínicos, recomendaban una forma de vida sencilla y sobria.
No en un contexto de mortificación, sino en una búsqueda de la excelencia humana en armonía con la naturaleza, y en una perspectiva de evolución hacia una mayor libertad, responsabilidad, prudencia y sabiduría.
Hoy en día, la vida sencilla y frugal suele asociarse con palabras y expresiones que reflejan atención a los valores esenciales. Ya sea consumo responsable, desarrollo sostenible, economía circular y solidaria, sencillez voluntaria, sobriedad feliz, ecodiseño, todas estas nociones y muchas otras reflejan una creciente conciencia de la importancia de repensar nuestros estilos de vida para preservar nuestro planeta y nuestro bienestar. ser. Pero, como decía Epicuro, ¿son capaces de reenfocarnos en lo esencial, el deseo de filosofía y de amistad? Su consejo sigue siendo relevante hoy.
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