Según cuenta Popper en su autobiografía, él empezó por exponer una enumeración de lo que insistía que eran auténticos problemas filosóficos. En un rápido repaso, Wittgenstein negó que lo fueran. Para acentuar su postura, Wittgenstein tomó un atizador de chimenea y blandiéndolo exigió: “¡Deme usted un ejemplo de regla moral!”.
Popper respondió, tranquilamente: “No se debe amenazar a un conferenciante con un atizador”.
Después de lo cual, Wittgenstein, en un acceso de cólera, arrojó violentamente el atizador al suelo y se marchó hecho una furia dando un portazo.
Créditos de las imágenes: Papergirl
«Cuando somos capaces de conocernos a nosotros mismos, rara vez nos equivocamos sobre nuestro destino»…
Es curioso y reconfortante comprobar cómo, a pesar de pequeñas diferencias superficiales, todas las creencias…
Voy a dejar de lado, muy respetuosamente, las definiciones platónicas de individuo, sociedad y estado…
Cierto día, el filósofo Demócrito, al no saber cómo consolar al Gran Darío por la…
El hielo es agua congelada que, en sentido general nos transmite –de manera casi obvia–…
Acceso a revistas digitales de descarga gratuita, promocionadas por la Organización Nueva Acrópolis en Costa…