Filósofos

Anécdotas filosóficas: el asno de Buridán

En el siglo XIV vivía en Francia un filósofo escolástico que se llamaba Jean Buridán. Este filósofo tenía discípulos y, en vez de enseñarles certidumbres, sólo les enseñaba a dudar.  Después de su muerte, sus discípulos continuaban con las mismas dudas. Y otro filósofo les dijo:
—Tanta duda no puede conducir a nada bueno.

Para demostrárselo, les puso el ejemplo de un asno que tenía al lado derecho un montón de avena y al lado izquierdo un cubo de agua; pero nunca estaba seguro de si tenía hambre o si tenía sed; por falta de aquella seguridad, dudaba entre comerse la avena o beberse el agua. Y tanto le duró la duda que al fin murió de hambre y de sed, todo a la vez.

Esta anécdota quedó resumida en la expresión «el asno de Buridán», para expresar la ineficacia de la vacilación exagerada.

 

JC del Río

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