Pletón

publicado el 27-05-2015

Nace entre 1355 y 1360 en Constantinopla. Si bien no tenemos noticias ciertas sobre su origen y familia, los diversos autores que han investigado sobre el asunto consideran que nació en el seno de una familia acomodada, probablemente de origen sacerdotal ortodoxa, por lo que es lógico suponer que tuvo una completa formación desde su infancia.

Nueva Acrópolis - Pletón

Retrato de Giorgio Gemisto Pletone por Benozzo Gozzoli.

El buen momento en el desarrollo político, cultural y económico del imperio turco que va conquistando los territorios hasta ese momento bajo la influencia de Bizancio, hace que numerosos intelectuales griegos se trasladen a la corte del sultán y es así como en fecha no precisa, según afirma Escolario, Pletón viaja al menos a dos de las más importantes ciudades del área, Adrianópolis y Brusa, con la intención de estudiar con Elíseo, un judío adepto a la Falsafa, que se mantenía en contacto con judíos procedentes de España y versado en Averroes y Maimónides. Fue Eliseo quien puso en contacto a Pletón con las doctrinas de Zoroastro, de influencia decisiva en su pensamiento. De este período se considera su Tratado sobre los oráculos caldeos y, en general, su interés y estudio por el Islam.

A principios del siglo XV, en ese período de calma en las relaciones entre turcos y bizantinos, que se produce tras la derrota de aquellos por Tamerlán en la batalla de Angara (1.402) y luego el reinado pacífico de Mehmet I (1413-1421), Pletón regresa a Constantinopla donde rápidamente adquiere gran fama como erudito y reúne un círculo de discípulos, entre los que va a destacar Marco Eugénico, el cual desempeñará un importante papel en el concilio de Florencia.

Alarmada la Iglesia por el contenido de sus enseñanzas, Pletón es expulsado y en 1409 lo encontramos en Mistra, ciudad cercana a la antigua Esparta, que aún bajo el gobierno bizantino es el único lugar estable y que poco a poco se va convirtiendo en una ciudad cosmopolita donde habrá mayor libertad de pensamiento que en la propia capital del imperio. Allí, bajo la tutela del emperador que llega a donarle tierras y fortalezas, Pletón desarrolla su escuela que tan importante será luego para la difusión del platonismo en Occidente.

Entre 1438 y 1439 Pletón viaja a Italia con la delegación griega que participa en el concilio que pretendía la ayuda de los príncipes europeos a una Constantinopla cada vez más cercada por el poder turco y también la unión de las iglesias ortodoxa y católica. Ninguna de las dos cosas se lograron, si bien se reforzó notablemente la aportación de la filosofía griega y oriental a los círculos ilustrados florentinos. Gemistos Pletón realizó fundamentalmente labores de asesor de los eclesiásticos griegos en el ámbito teológico y filosófico. En Florencia se pone en contacto con el círculo de Leonardo Bruni, heredero de las enseñanzas de Petrarca y traductor de Platón, e inicia una relación e influencia notable en Cosme de Medici respecto de la necesidad de profundizar en el pensamiento helénico sin el tamiz de S. Agustín, de moda entonces en Italia. “Con frecuencia, el gran Cosme … en la época en que tenía lugar en Florencia el concilio entre griegos y latinos… escuchó disertar acerca de los misterios platónicos a un filósofo griego llamado Gemisto y de sobrenombre Pletón, casi otro Platón. Su verbo ferviente lo entusiasmó de inmediato a tal punto que concibió entonces una academia que habría de fundar en la primera oportunidad”, afirma Marsilio Ficino, en el Prefacio a su traducción de Plotino. Gemistos Pleto recibió de Cosme de Médicis la cátedra de filosofía en Florencia y fue discípulo suyo Besarion, que luego sería cardenal.

Tras el concilio, Pletón retorna a Mistra en 1440, de donde ya no volverá a salir y donde morirá el 26 de junio de 1452. Tras su muerte se descubre su obra principal, el Tratado sobre las leyes, que posiblemente ha ido escribiendo durante toda su vida y que fue requisada y escondida por el príncipe del Peloponeso, Demetrio. Tras la toma por los turcos en 1460 de éste último bastión del extinto imperio bizantino, la obra es llevada a Constantinopla, donde el patriarca ortodoxo, Jorge Escolario, tras diversas vicisitudes que demuestran la falta de unanimidad al respecto entre el clero griego, destruye parte de la misma por considerarla herética y perniciosa. Del texto quedan quince capítulos y el índice general que a juzgar por la cantidad de copias que se han ido encontrando en numerosas bibliotecas europeas -Viena, Madrid, París, Nápoles, Florencia- nos permite hacernos una idea de la enorme difusión que tuvo el pensamiento de Pletón entre los pensadores renacentistas.

Obras

Extractó y comentó las obras de Appiano, Teofrasto, Aristóteles, Diodoro Sículo, Jenofonte, Porfirio y Dionisio de Halicarnaso. Escribió obras de teología, música, retórica, oraciones fúnebres, historia y tratados de geografía. Su obra “De gestis graecorum post pugnam ad Mantineam”, a partir de Diodoro y Plutarco se editó en 1503 en Venecia y se hicieron numerosas ediciones en varios idiomas, entre ellos el español. Otras obras: “De rebus Peloponesiacis constituendis”, “Oracula magica Zoroastris”; “Prolegomena Artis Rhetoricae”; “Orationes funebres de inmortalitate animae”; los tratados “Zoroastri et Platonicorum dogmatum compendium”; “De fato”; “De virtutibus”; “De legibus” y la más importante, “De Platonicae atque Aristotelicae Philosophiae differentia” muestra claramente su orientación neoplatónica y ensalza abiertamente a Platón en detrimento de Aristóteles, lo que le atrajo las iras de aristotelistas recalcitrantes como Jorge Escolario, que fue Patriarca de Constantinopla y mandó destruir su obra sobre “Las leyes”.

Intenta conciliar las teogonías orientales con las doctrinas del Cristianismo. En filosofía moral recibe la influencia del estoicismo. Para Pletón, Zoroastro era la más antigua fuente de sabiduría, cuya genealogía terminaba con Pitágoras y Platón. Los “Oráculos caldeos” eran la fuente prístina de la sabiduría de Zoroastro, una obra por lo demás que se consideraba contemporánea de los textos de Hermes Trimegisto, en realidad escrita en el siglo II d.C. en tiempos de Marco Aurelio. La obra se editó en 1894 por W.Kroll.

El índice conservado del “Tratado de las leyes” y los numerosos escritos sobre política, historia, medicina, música, metafísica y filosofía, muestran la intención de Pletón de recuperar la filosofía como una forma de vida capaz de armonizar al individuo y a la sociedad con una finalidad trascendente para la que los dioses nos han puesto en este mundo.

Pletón traza una minuciosa línea de antecesores en las doctrinas que ahora él sintetiza y que van desde Zoroastro y los brahmanes hindúes hasta Plotino y sus discípulos Porfirio y Jámblico, pasando, por Pitágoras y Platón, dejando claro que en los asuntos más importantes como son el conocimiento sobre los dioses y el origen y destino del hombre y las cosas en general, no introduce ninguna innovación.”Todos éstos coincidieron en la mayoría de los asuntos más importantes y parecen haber revelado sus ideas siempre a los hombres más inteligentes” dice el filósofo en el Tratado. Por ello cuida de apartar de su síntesis a los relativistas escépticos y a los sofistas, tanto a los clásicos como a los modernos. Así por ejemplo, el capítulo III del Tratado sobre las leyes está dedicado al rechazo de las doctrinas de Protágoras y Pirrón.

Respecto de la naturaleza de los hombres, Pletón señala que es doble, al tener una parte inmortal y eterna de la misma índole que la de los mismos dioses y otra bestial y temporal, y que en esto sigue las enseñanzas de Zoroastro, Pitágoras y Platón. Llama al hombre ese ser que une en sí dos cosas contrarias, materia y espíritu, condición necesaria para un universo “reunido en un conjunto estructurado” .

Así, en el hombre se mezcla lo mortal y lo inmortal, punto de encuentro necesario para la armonización de estos componentes extremos del mundo.

Pletón, al querer recrear en su totalidad el sentido cabal de la Filosofía como modo de vida, como práctica indispensable para lograr el mejoramiento del ser humano y, por ende, de la sociedad, reproduce en Mistra lo que Plotino realizó en Alejandría, sus enseñanzas y su movimiento filosófico.

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